2009/12/13

Media etiqueta contenida

Tocaba ponerse otro disfraz.
Otro año más tocaba vestirse "de media etiqueta": vestido de cóctel, zapatos de diez centímetros de tacón, bolso diminuto, maquillaje y peinado elaborado.
De nuevo tocaba estar un rato en un ambiente relajadamente contenido, sintiendo más de una mirada cual puñalada y devolviendo sonrisas de falsa cortesía. No le gustaba.
Mientras se pintaba la máscara para esa noche pensaba en qué pasaría si apareciera en chándal, o con un disfraz de oso de peluche. Entonces se planteó quién era ella. Se preguntó si estaba en todos o en ninguno de aquellos atuendos de sus distintas facetas.
Se puso la mascarilla de pestañas y miró el resultado de su obra en el espejo. Sonrió.
Quizás sí era cada una de aquellas caras que la vida le llevaba a tener. O al menos eso debía intentar: no perder la esencia aun cuando fuera en una velada de media etiqueta contenida.

2 comentarios:

xnem dijo...

Lo dicen todos los psicoanalistas; si algo no te apetece no lo hagas. Y vale una pasta que te lo digan.

la gata dijo...

Pos zi. Aunque por esa regla de tres no me levantaría pronto para venir a trabajar...pero debo hacerlo