2010/08/11

De visita a los vecinos


Es de buena educación saludar a los vecinos, pasarlos a ver de vez en cuando, si la relación es suficientemente estrecha.
Esta tarde pasé a ver a los míos, a los de aquí delante. Hacía varios meses que no los saludaba. Qué poca consideración la mía. Tenían muchas visitas, cosa del turismo.
Aún así, después de ver la exposición de Turner, les dediqué unos minutos a mis vecinos. Saludé al “macho alfa” de Olivares, a las hilanderas que no paran, a los que se rinden en Breda y a las majas, muy majas ellas.
De paso me colé por los pasillos por donde están los cuadros de El Greco y a San Sebastián riberamente martirizado.
Me costó un poco ubicarlos, porque, aunque no los cambian de zona, sí de lugar y, cuando hace meses que no te paseas por el edificio vecino pues una va algo perdida.
De casualidad, cuando salía, me topé con un cuadrito que nunca encuentro. Esta vez no lo buscaba, había demasiada gente, y, aunque pensé que, de nuevo me iba sin verlo, me dirigí a la salida. Pero allí estaba, Juana, con la cara desencajada, bajo la lluvia, frente al féretro de su adorado Felipe.
No me lo imaginaba tan grande. La mirada de Juana me partía el alma.
Siempre me ha caído bien Juana. Cuando en el colegio las monjas nos explicaban aquello que enloqueció cuando murió su marido, se les olvidaba comentar que lo que la volvió loca también fue lo cabrón que era el principe en cuestión, con perdón. Siempre que lo explicaban me parecía lo más normal, lo de perder la razón al perder a su príncipe (lo sé soy una víctima más de Disney). Con los años, cuando me enteré que la pobre sufrió por alguien que no la amaba, que la engañaba, que amó sin condiciones a quien no se lo mereció siguió sin parecerme raro su comportamiento y llamarla loca lo veía exagerado (he sido voluntariamente víctima de las películas romanticonas, también).
Pobre Juana. Quizás porque he compartido en algunos momentos parte de su locura, por querer demasiado, sin condiciones, o porque quizás oí demasiadas historias, reales y de ficción, de chicas enamoradas del típico macizo cabrón que las utiliza, no lo sé, sea por lo que sea, cuando veo ese cuadro de Pradilla sigo teniendo ganas de abrazarla y decirle que no vale la pena que esté así, aunque sepa que ella iba a seguir con el corazón destrozado, por mucho que le dijera.Ay, vecinos...Cuántas historias concentradas, cuántas emociones con solo cruzar la calle. Tengo que saludarlos más a menudo.

8 comentarios:

xnem dijo...

Tal vez porque estamos acostumbrados a ver el lado contrario, un señor locamente enamorado de su bella principesa. Recuerde que el príncipe en cuestión era El Hermoso.
Y seguro que en esa época estar locamente enamorada –aunque sea de tu propio marido- estaba mal visto. Para enloquecer.

Venga cruce as la calle que es gratis! y nos lo cuenta.

(Mire que letras salieron)
CORTE

xnem dijo...

quise decir MAS (pardon).

Ahora
(allin)

la gata dijo...

Es cierto, tendría que irlos a ver más a menudo. La colección permanente es gratuita a partir de las 18.30 pero no las temporales (diez eurazos así como quien no quiere la cosa).

Gata dijo...

Hola!!!
Dsde siempre me ha fascinado la figura de Doña Juana... Fue víctima de su madrido, de su padre, el Católico (otro cabrón, con perdón), que la utilizaron para sus propios intereses y ambición. Una mujer inteligente, culta, cno una formación académica privilegiada para su época, guapa... y al final, ha pasado a la Historia el episodio de su locura. Porque así lo quisieron los que la recluyeron y la abandonaron a su suerte.
Que sí, que estaba desequilibrada, (aunque tambíén tuvo muchos momentos de lucidez)pero claro, quién no lo estaría amando a un hombre ingrato y egoísta, que te paga con engaños e infidelidades??
Y es que... qué es amar si no se ama con locura???
Como amó Juana a su Felipe.
ya ves, yo también soy víctmia de Disney.

Por cierto, nunca he visto in situ el cuadro de Pradilla.. a ver si la próxima vez que vaya al Prado...

Un beso!!

la gata dijo...

Si, he de pasar más a menudo por allí porque mis vecinos siempre consiguen que vuelva a casa con una sonrisa.

Pues Gata cuando esté por Madrid avise y vamos juntas.

xnem dijo...

Por aquí el primer domingo de mes son gratis los museos.

el nom de la rosa dijo...

A propósito de Juana, me acuerdo de la composición de Pilar López de Ayala en la magnífica escena de la película de Aranda, corriendo empapada de lluvia tras saber que su madre la reina Isabel ha fallecido, y ha encontrado a su marido en brazos de otra. Eso es el dolor y la desesperación en persona.

xnem dijo...

Pasé veloz a ver a su vecina. Que frío da ese cuadro! y no se si es por las inclemencia del día o por la mirada de doña Juana.