2006/09/11

Añoro la sonrisa real

Hoy hace quince días que volví a mi supuesta realidad, a mi supuesto mundo y sigo rara. No sé si sufro el famoso síndrome post-vacacional o es que símplemente el ver otras cosas me ha abierto los ojos. Ahora los malos rollos y las tensiones, el estrés, la agresividad me duelen más. Si lo dicen, lo sé, que a lo bueno uno se acostumbra y yo me he acostumbrado. Me he acostumbrado a las sonrisas, a la gente encantadora, a la espiritualidad, al vivr con lo que se tiene, a las pagodas, al aire limpio y a las frutas deliciosas. Y lo mejor: qué bien se vive con los problemas a 9000 kilómetros. A quién le importa lo que pueda pasar en el curro si ni puedes conectarte al correo electrónico, si no tienes covertura? El móvil, qué delicia perderlo de vista! Sin él he estado libre de sms envenenados, de esos que solo traen malas noticias, malos rollos y tristeza.
Y sé que irme a un país de que es una dictadura y que está subdesarrollado y que es otra cultura no lo arregla todo, que una huida como esa no arregla nada, solo "aparca", pero la verdad es que dan ganas de irse y hacer un trabajo útil ayudando a la gente y no matarse a cuadrar excels estúpidos, que dan ganas de poder hacer algo ante problemas reales y no las estupideces y las necesidades idiotas de occidente. Y ver esas sonrisas, el respeto, la generosidad, en vez de esas caras de perro que lleva la peña por aquí y la mala leche y el egoísmo que reina en mi supuestamente mundo civilizado.
Así que como añoro Bagan he intentado recuperarlo un poquito. Esta mañana, para ir al gimnasio, he dejado de lado las camisetas de marca y los bolsos fashion y me he puesto un pirata de algodón y una camiseta de tirantes y mis chanclas de treaking atuendo con el que me paseé por medio Myanmar. Sé que es estúpido, que dejar mi peinado "encerado" y sustituirlo por una coleta no me va a devolver la paz interior, pero tenía que intentarlo, hoy era un día perfecto para ello festivo y sin móvil (aunque fuera por obligación). Y, si bien en el gimnasio, a golpe de pedalazo en bicicleta estática, he conseguido distraerme un poco, con los malos rollos esperándome en casa y mañana en el trabajo me ha sido imposible recuperar esa paz que dejé en Yangón.
Así que hoy me toca suspirar y recordar cada uno de aquellos momentos, de aquellas sensaciones que me hacen sonreir para oder sentirme viva.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Nos vamos?

Armas dijo...

Yo tambien voy...