2009/05/05

Con olor a sal

Una tarde luminosa, tiempo libre y la bahía de Santander.
Una Gata de "excursión" por trabajo y un barquito entre vaporetto y golondrina turística.
Hoy he disfrutado de una tarde libre, de una conversación con amigos de ésos que están muy cerca en el corazón y lejos en distancia y de una "aventura marinera".
Iba paseando por el Paseo Pereda de Santander, bajo un cielo de tarde luminosa y sol radiante. Pasé por un puesto en qu se anunciaba la salida del próximo barco que recorría la bahia, y ahí que fui.
El sol me cegaba aun con gafas y el viento revolvía mi pelo y me traía alguna gota de agua, minúscula. Las montañas rodeaban la bahía, el paisaje era hermoso y el rumor del mar me adormecía. He entrado en un letargo, en una duermevela que se mecía entre las olas, que olían a sal.
El mar...
Los que nacimos cerca del mar no podemos estar lejos sin añorarlo, sin pensar de vez en cuando en él, en su rumor, sus olas y olor a mar que se pega a la ropa y que deja con sabor a sal.

5 comentarios:

blondie dijo...

NECESITO del mar porque me enseña:
no sé si aprendo música o conciencia:
no sé si es ola sola o ser profundo
o sólo ronca voz o deslumbrante
suposición de peces y navios.
El hecho es que hasta cuando estoy dormido
de algún modo magnético circulo
en la universidad del oleaje.
No son sólo las conchas trituradas
como si algún planeta tembloroso
participara paulatina muerte,
no, del fragmento reconstruyo el día,
de una racha de sal la estalactita
y de una cucharada el dios inmenso.

Lo que antes me enseñó lo guardo! Es aire,
incesante viento, agua y arena.

Parece poco para el hombre joven
que aquí llegó a vivir con sus incendios,
y sin embargo el pulso que subía
y bajaba a su abismo,
el frío del azul que crepitaba,
el desmoronamiento de la estrella,
el tierno desplegarse de la ola
despilfarrando nieve con la espuma,
el poder quieto, allí, determinado
como un trono de piedra en lo profundo,
substituyó el recinto en que crecían
tristeza terca, amontonando olvido,
y cambió bruscamente mi existencia:
di mi adhesión al puro movimiento.
PABLO NERUDA

el nom de la rosa dijo...

El mar, qué inspiración infinita! No conocía estos versos de Neruda, hermosos.
El Cantábrico me merece mucho respeto, aunque desde el Paseo Pereda parezca tranquilo y tan bien puesto como la gente que frecuenta el paseo. Soy más del Mediterráneo que canta Serrat, me explico?

xnem dijo...

Casi parece una descripción de "Los lunes al sol".

Una tarde libre!
Ya ni recuerdo como eran.

la gata dijo...

El maestro Neruda, qué bien hace sentir...

Yo también soy de Mediterraneo cálido, no tan bravo, más domado, dentro de la furia del mar.

X, justamente pensé en esa película esa tarde mientras estaba allí en el barquito aunque fuera Santander en vez de Vigo.

Trasgu dijo...

Fue una gran tarde, ciertamente.
Pero mi voto se va pa'l Cantábrico: por su carácter, por su bravura, por su fuerza y por tantas otras cosas que me inspira (el mar en general y, sobre todo, éste en particular). Bueeeeeno, vaaaale.... También porque ye el de casa. Estoy de acuerdo en eso de que los que nacen cerca del mar o viven a su lado o lo añoran constantemente. Y, otros, quedan prendados de él cuando lo conocen. Buenos versos los de Neruda y tantos otros... aunque yo me quedo con aquellos que me inspira el mar cuando lo contemplo, esos que no salen de adentro pero acunan mi alma incluso en medio de la tempestad.