2009/06/21

El pianista tras el balcón.

Caminaba por una calle estrecha, empedrada, bajo los rayos de un sol que prometía ser abrasador en unas horas, con la sonrisa pintada que se había despertado conmigo, sin demasiada prisa.
Se oía algún pájaro , mis pasos en los adoquines y ul leve rumor. A medida que avanzaba el rumor tomó fuerza hasta componer una melodía a piano. Mi escasa cultura musical no me permitió identificar la pieza pero sí asociarla a ese tipo de melodías, esos solos de piano, que acompañan a una clase de ballet. Imaginé a una clase de niñas moviéndose gráciles sobre sus puntas y a una profesora de negro de porte severo.
Miré a uno y otro lado para identificar el balcón de donde salían aquellas notas. Identifiqué la finca, aunque se me hacía difícil discernir el balcón tras el que alguien tocaba aquellas notas.
Luego pensé que quizás tras aquellos cristales había un joven pianista, dejándose llevar, deslizando sus manos por el teclado y transportando su alma a algún lugar, tal vez lejano, recordando algún lugar o a alguien o tal vez olvidando, a alguien o a algún lugar. Quizás ese pianista simplemente tocaba.
El caso es que aquella música en aquella calle adoquinada me recordó a otra callejuela estrecha, de adoquines y de un piano que se oía al pasar bajo a un balcón, me llevó a esa calle de Barcelona en la que hay una librería en la que hace años que un gato dormita entre los libros del escaparate.
Sonreí porque aquella música me hizo sentir feliz.

2 comentarios:

xnem dijo...

Ya sabe que me encantan las "casualidades". Me alegró el encuentro.

la gata dijo...

A mi también X. Fue un día especialmente casual ayer, jejeje.
Cuidese y nos vemos-leemos.