2008/11/19

Breve arremolinado

Entró sin pedir permiso, dejando la puerta abierta de par en par e inundando la habitación de olor a vainilla. Miró hacia un lado, luego hacia el otro. Paseo sus ojos por la sala diáfana mientras ignoraba las caras de sorpresa de la docena de personas que ahora lo miraban. Finalmente, encontró lo que buscaba. Empezó a caminar con paso decidido entre el silencio forzado y los cubículos.
Se paró en una esquina, frente a una mesa. La chica que tecleaba en el ordenador al otro lado alzó la vista. Lo reconoció. Su cara reflejaba sorpresa. No sabía si sonreír o no. Él la miraba fijamente, serio, sin decir nada. Sacó algo de uno de sus bolsillos del pantalón militar y lo dejó sobre la mesa. Ella desvió la mirada hacia aquel objeto, aquella caja pequeña y aterciopelada. Entonces sus ojos sonrieron, aunque el resto de su cara se resistía a hacerlo. Lo miró.
- Sí que puedo hacer cosas románticas, sí que te quiero, sí que quiero estar contigo - dijo él en un tono decidido con una pizca de enojo.
Se hizo un silencio entre las miradas curiosas que los rodeaban.
- Pues eso, tú verás.
Y tras decir esto se fue con el mismo paso decidido mientras ella lo miraba alejarse, algo atónita.
Cuando ya se había ido, cogió la caja y la abrió. Dentro no había el anillo que se esperaba sino una llave.
En seguida la reconoció. Entonces una amplia sonrisa iluminó todo su rostro y una lágrima cayó sobre la mesa.

4 comentarios:

blondie dijo...

Ufffffffffffffffffffffff!
Pues eso, hemos visto: genial

el nom de la rosa dijo...

¡Estupendo! Hacía tiempo que no colgabas ningún micro-relato en el blog.
¿Volverá Blue Eyes?... ha ha ha

xnem dijo...

¿Y comieron perdices?

la gata dijo...

Supongo que volverá Blue Eyes, de hecho en mi portatil, ya ha vuelto...
Pues no sé si comieron perdices, siendo realista, seguramente no, pero ¿quién quiere ser realista?