2010/02/14

Saludando a los vecinos y arte salvado

Hay días que apetece ir a dar un paseo aunque el frío persuada de ello hasta a los más valientes.
Hay días que apetece contemplar hermosas obras de arte aunque haya demasiada cola para ver a los impresionistas del Orsay que estos días se dejan ver en Madrid.
Entonces paso por frente a las puertas del Prado.
Me apetece saludar a alguna de esas pinturas, como si fueran unos amigos, en realidad vecinos. Hay que ser educada con el vecindario.
Así que entro por la puerta principal. La exposición temporal de pintura holandesa es pequeña aunque vale la pena no perdérsela.
Pero voy a lo que venía, a saludar a mis vecinos.
Me dirijo a las grandes salas del primer piso. Me paseo entre las obras de Ribera, Rubens, Greco, Goya, Tiziano, Velázquez... Me paso a saludar especialmente a mis preferidos, aquéllos que nunca me pierdo cuando paso por allí simplemente porque no puedo perder una oportunidad de contemplarlos. La lista la encabezan las damas de “Las hilanderas” y los caballeros de “La rendición de Breda”. Están de reformas así que mis vecinas meninas no están en su sala habitual. Entonces me fijo en que su nueva situación debe estar casi delante de casa. Parecerá una tontería pero entonces me doy cuenta que si aquellas meninas saltaran del lienzo y miraran por la ventana me verían al otro lado del paseo cada noche. Decido que tendré que ser más educada, mirar por la ventana y darles las buenas noches a partir de ahora.
Me siento afortunada mientras continuo mi paseo por las salas.
Al salir del museo veo una exposición en el paseo. La forman unas cajas de madera, como las que se utilizan para transportar cuadros.
Al acercarme veo que, efectivamente, son cajas de transporte. Se trata de una exposición que recuerda la evacuación del Prado frente a la amenaza de las bombas nacionales de la Guerra Civil y homenajea a los que consiguieron poner a buen recaudo en Suiza gran parte del patrimonio artístico.
Desconocía esa odisea, esa aventura, los bombardeos sobre el Museo del Prado.
Se me pusieron los pelos de punta al pensar que podrían haber desaparecido entre llamas y escombros las obras que acababa de admirar.
Así que decidí que sin duda tenía que pasarlas a visitar más a menudo.
Mientras iba hacia a casa agradecí en silencio a todos aquellos que tanto hicieron para que no “murieran” mis vecinos en el conflicto, que como todos los conflictos, es estúpido y cruel.Dejo un link para quien quiera saber algunos de los nombres de los “héroes del arte”.
Arte salvado

4 comentarios:

el nom de la rosa dijo...

Privilegiada eres de tenir estos ilustres vecinos. Saluda también de mi parte, a la estatua que debe de haber, no sé si dentro o en los jardines del Museo, de su olvidada fundadora, la infortunada reina Isabel de Braganza, sufrida esposa de Fernando VII.

A lo mejor has visto una película -a mí me gustó bastante- sobre la historia del salvamento de estos cuadros en tiempos de la barbarie: "La hora de los valientes", con Gabino Diego haciendo de Gabino Diego y una rotunda Leonor Watling.

la gata dijo...

Pues no la vi!!!!!! Gracias la busco!!!!

Gata dijo...

Siempre que voy a Madrid, procuro acercarme al Prado para saludar a esos ilustres vecios tuyos, que para mí son como unos ilustres y lejanos parientes que tengo en la capital. Irme sin hacerles una visita aunque sea breve, no sería nada educado por mi parte.

Buen blog, enhorabuena.
Saludos de una gata a otra.

la gata dijo...

El otro día pensaba que, si me voy de Madrid, lloraré cuando vaya a despedirme de ellos.