Entre Peter Pans y Wendys

Estaba el otro día en la sala de espera del traumatólogo (uno de mis pasatiempos favoritos últimamente es ir de traumatólogo a fisio y tiro porque me toca)y me encontré con una revista que era como un Venca o un Telva o algo así pero en versión "espardeñeta", es decir en catalán y orientado, me pareció, a las féminas que deben pasar normalmente por esa consulta de clínica privada de zona alta, propia de nenas de Sant Cugat, por ejemplo.
El contenido eran básicamente entrevistas, consejos para mujeres "casadas y liberadas" (me pareció curiosa la asociación). Sólo lo ojeaba porque, la verdad es que ninguno de los artículos conseguía más que ponerme de mal humor. Sólo uno consiguió que me parara más de un minuto. Trataba del complejo de Peter Pan, es decir, ese trastorno de la personalidad de los hombres por el que quieren ser eternamente niños. Esperaba ver ejemplos exagerados pero a medida que leía vi que la orientación del artículo no era la que esperaba.
Explicaba que estos sujetos evitan las responsabilidades familiares, esto es, que se niegan a renunciar a su yo individual para dedicarse a la familia, que huyen de ellas ya sea malgastando su tiempo en actividades lúdicas "no adecuadas a su edad" o dedicándose al trabajo. Porque, atención, consideraba que dedicarse a la carrera profesional es evitar responsabilidades y, mejor aún, que vivir solo tampoco implicaba madurez, "a no ser que se tratara de una situación temporal o forzada por circunstancias".
En este punto tenía claro que la revista era de lectura obligada para "petulantes emparejadas".
Seguía diciendo que, los Peter Pans son divertidos, alegres pero que no ha de llevar a error, que en realidad son inseguros e infelices y que hay que sacarlos de su error puesto que se engañan a sí mismos y niegan la realidad de la infelicidad que les rodea. En este punto pensé que como mínimo, la que escribía aquello era del Opus.
Decía, para colmo que, alarmantemente, cada vez había más mujeres con este trastorno, las Wendys, que afectaba a mujeres solteras e incluso a algunas casadas que, oh! horror!, se resistían a adaptarse a la vida familiar y , aún en pareja seguían priorizando su carrera y manteniendo costumbres lúdicas de soltera (ni que se dedicaran a ir por ahí a la caza, vamos).
entonces pensé que igual sí que se consideraba esto un trastorno o inmadurez, pero que, en todo caso, yo era una Wendy y que la mayoría de mis amigos y amigas eran Peter Pans y Wendys. Sí, quiero divertirme, sí me importa mi carrera, sí quiero hacer mil cosas, sí tengo aficiones y una vida social bastante activa. No, no quiero encerrarme en casa, no, no quiero que mi mayor ocupación sea cuidar a un maridito. Prefiero ser una Wendy que no una amargada con cara de Capitán Garfio. Prefiero que mi mundo se parezca más a El País de Nunca Jamás, que no a la ciénaga de Shrek con sus mini ogritos incorporados.
Y como yo , mis amigos. Supongo que las Wendys y los Peter Pans se juntan.
Por desgracia no pude acabar de leer el artículo porque me tocaba entrar a consulta. Pensé en llevarme la revista al salir (oh, qué infantil) pero cuando salí había una señora que la estaba leyendo y habría quedado feo arrancársela de las manos.
Eso sí, pienso googlear al respecto y preguntar a alguna amiga psicóloga al respecto.
Por el momento, tras las primeras búsquedas en San Google, me parece que no es exactamente lo que leí en esa revista...
Síndrome Peter Pan