2008/08/23

Casi

Se despertó. Se desperezó. No era un día radiante pero lucía el sol a ratos, cuando las nubes lo permitían. Se notaba una brisa y el olor a hierba mojada por la tormenta del día anterior. La temperatura era perfecta. Se tomó un té, un croissant y una pera. Se vistió, se puso sus deportivas y salió.
Corría por el parque, escuchando música en su ipod, como cada domingo.
Conocía cada rincón de Central Park, cada árbol, cada puente. Se cruzó con varios corredores. Algunos saludaban con la cabeza. Devolvía el saludo con una sonrisa.
Se sentía bien, en forma, mientras la brisa le acariciaba la cara. No había ningún problema que le diera dolores de cabeza, no tenía ninguna obligación. Se sentía libre mientras corría por los senderos arbolados. Aquella era una mañana perfecta.
La siguiente canción que sonó iba como anillo al dedo: Just a perfect day.
Y entonces algo ensombreció su sonrisa. Era un día perfecto, o casi.

No hay comentarios: