2007/10/30

El mundo de los tiñosos

Este post lo ha inspirado el post de kaos Frases del día y una conversación...y muchos tiñosos.

El otro día nos encontramos un grupo de amigas hablando de la envidia o, mejor dicho de la gente envidiosa. Tema femenino de aquelarre total verdad?
Realmente no sé cómo empezamos a hablar de ello pero el hecho es que nos encontramos comentando un anuncio de no sé qué crema. No sé si lo recordareis. Era de cremas antiedad (que es la palabra moderna para antiarrugas, que es politicamente incorrecta). La chica entra en la oficina, radiante, una compañera le dice que está radiante, la otra le pregunta quién es él (nada machista tampoco el comentario, por cierto, pero bueno). Entonces entra en los servicios. Y allí están, las erizas. Una de ellas, la peor, la más acomplejada, envidiosa, le suelta un "uy, qué mala cara que haces". La prota del anuncio sonríe. Bueno, ese anuncio nos dió para mil anécdotas propias de situaciones similares. Que lance la primera piedra quien alguna vez no pensó un, qué guapo/a, qué suerte, qué casa, qué inteligente. Pero, por qué no decirlo? Qué tendría de malo? Qué tendría de malo callarse?
Pero a esos no nos referíamos. Nuestras anécdotas se referían a otro tipo, a los inseguros a los que todo acompleja, a los envidiosos patológicos, a los que intentan paliar su inseguridad minando la de otros, los del comentario negativo por sistema. Por supuesto la mayoría de las historias eran como esta del anuncio, la típica compañera de trabajo que te ve llegar con una sonrisa de oreja a oreja y te dice que haces mala cara, el compañero que intenta desvirtuar tu trabajo para hacerse el listo, el "yo sé más que tu", la adolescente que se pasa la vida a dieta y se mete con la "delgaducha" o el "empollón" que en realidad lo único que es es listo y es la diana de mil burlas.
Las historias de los 15 años dieron para mucho. y resultó que todas coincidimos en que aquellas que intentaban minar nuestra autoestima frágil de adolescentes eran las que realmente tenían el problema. antes de seguir, Sólo un inciso,efectivamente, este tipo de situaciones son mayoritariamente propias de féminas, especialmente las de tipo físico, aunque algún bajito también se metiera con las altas.
Una comentó que hasta no hace demasiado estaba muy acomplejada con su pecho porque desde siempre la habían dicho que tenía demasiado. Hasta que un día abrió los ojos, miró a quienes se lo decían y resultó que detrás de esa crítica siempre había una chica que tenía que llevar relleno. Otra no se ponía tacones porque le decían que era demasiado alta. Hasta tenía problemas de espalda por ir encorvada. Hasta que las contracturas le obligaron a corregir la postura y conoció a su novio de casi dos metros y empezó a ponerse tacones. Y yo misma, que siempre me tenía que oir de quien entonces creía amiga que estaba demasiado delgada. Entonces no caía que ella llevaba toda la vida a dieta y llevaba la misma talla que su madre. Por suerte pasan los años, creces, y el empollón pasa de todo, el alto le ve la calva a los pequeñajos y la delgada se pone lo que le da la gana sin complejos. Todo es cuestión de aceptarse.
Y qué pasa con esa gente que se queda en esas inseguridades? Pues ahí se queda, igual, tal vez depurando "sutilezas" y pretendiendo ofender como a los quince años.
Lo divertido,, o tal vez triste, es que ahora uno se da cuenta y te da igual, o peor, te dan pena. Piensas un pobrecico...y pasas.
En las reacciones frente a ese "uy que mala cara haces" cuando entras radiante, el "llevas un hilo" cuando estrenas abrigo o el "estaría mejor si hubieras puesto el título de color verde", hubo disparidad de criterios: desde la que se desgasta soltando moco directo cual, "si chico, soy tan alta que si me estiro es que ni te veo", a quien era más sutil. De decir un sí, hago muy mala cara, es lo que tiene no dormir en toda la noche porque he estado retozando, a un,oh sí es verdad llevo un hilo como de trapo o fregona que asco, mi pobre abrigo nuevo... Anda! si el hilo es del color de tu jersey. O, que me he engordado? Que dónde voy enseñando tanto? Bueno, cuando tienes pecho te acostumbras, ah, claro,perdona, no puedes entenderlo. Que para qué pido esta mejora que copa tu cartera? Porque sin esa mejora los usuarios incapaces de gestionarlo, por cierto, pásame tu clave como usuario único. Y para qué? yo prefiero pasar En mi favor argumenté que son el indicador perfecto. Una vez identificado este tipo de sujetos, cuanto más intenten minarte es que mejor es tu trabajo, mejor te ven, mejor estás. Claro que a veces da ganas de contestar una burrada pero, qué ganaría? Vale la pena darles importancia cuando sabes claramente que esas personas siempre veran peros y defectos? En el fondo, no os dan pena esos tiñosos?

5 comentarios:

K dijo...

La arruga es bella

hack de man dijo...

En tu casa cuecen habas, y en la mía a calderadas.

xnem dijo...

ummmh! que feo y rudo se ve ese mundo.
Luego te leo que parece que hay pataleta.

Anónimo dijo...

Dan pena sí, pero da rabia tener que sufrirlos allá donde va uno...

Grrr!

:|

la gata dijo...

Pataleta no, sólo una conversación.
Sí son algo plastas, qué se le va a hacer.