2007/02/27

Post desde casa 2: multiusos

Llegaba tarde de nuevo, como casi cada día. Se paró frente a los seis ascensores al acecho de cuál sería el que llegaría primero.
Pin!
Se abrió el último. Entró de un salto. El hombre que estaba dentro dió un respingo.
- Buenos días.
- Buenos días- respondió.
Entonces lo reconoció. Aquel hombre, ya mayor, impecablemente vestido, que subía desde el aparcamiento era el presidente de la compañía.
Estaba pulsado el piso 20. Marcó el 19 aunque su puesto de trabajo estaba en la planta 7.
Sacó la tarjeta identificativa de la cartera y la colgó delartilúgio de cable retráctil que le habían dado como regalo de bienvenida.
Y pulsó el botón de parada.
- Qué hace? - preguntó el gran hombre, altivo.
- Verá es que quiero hacerle un par de preguntas y creo que no voy a tener otra oportunidad. -respondió con la mirada perdida.
- Mire no tengo tiempo ahora. Si tiene cualquier pregunta puede enviar un mail por la web interna. - y dicho estó miró su rolex impaciente.
- Sólo es un minuto. Qué se siente jugando al monopoly? -preguntó sin sacar la vista de su tarjeta identificativa. La desenganchó del rodillo y la guardó en un bolsillo.
- No estoy para tonterías. -Respondió visiblemente enojado y con un movimiento hacia la botonera del ascensor.
Entonces, él, con un movimiento infinitamente más ágil que el del anciano, desenrolló el cable del cuelgatarjeta y le rodeó el cuello al presidente.
- Mire, yo sólo le he hecho una pregunta. Quiero saber qué se siente jugando a comprar y vender empresas, qué se siente gastando millones de dólares por una jugadita, qué se siente cambiando estrategias a cada minuto. Sólo eso. -dijo con voz pausada mientras apretaba el cable alrededor del cuello de su presidente que intentaba aflojarlo.
- Tiene llave de llamada preferente del ascensor verdad?
El hombre asintió medio ahogado.
Lo cacheó con una mano. La llave estaba en el bolsillo del pantalón.
- No debería ponerse cosas en los bolsillos del pantalón quje se estropean los trajes. Aunque quizás no le importa,no? - y apretó unpoco más el cable.
Puso la llave y pulsó el sótano. el ascensor bajó directo sin parar en ningún otro piso.
- Están bien estos privilegios hasta en el ascensor, ja!
El ascensor se paró y se abrieron las puertas. Con una mano agarró su maletín y el del presidente.
El hombre, bastante colorado y con dificultades para respirar, había decidido no oponer resistencia. Sus más de setenta años y la deficiente formas física no le permitían hacer demasiados esfuerzos. Ya se encargaría de aquel tipo cuando lo hubiera soltado.
Salieron del ascensor. Lo empujó hacia delante.
- Vamos a su coche y sin jueguecitos, lo he visto demasiadas veces aparcado para saber que es ese Mercedes de ahí delante.
Al llegar frente al coche dejó caer los maletines y buscó en el otro bolsillo.
- Vaya, otra llave en el bolsillo, vaya, vaya, jeje. -dijo con una sonrisa extraña y la mirada perdida.
Abrió la puerta del maletero y tiró del cable.
El presidente se puso de puntillas.
- Métase en el maletero o lo meto yo estirando de esta cosa. -y apretó el cable algo más.
El presidente empezó a boquear y se metió con dificultad en el maletero.
Cerró el maletero y se sentó encima.
- Ahora dígame, qué se siente jugando al monopoly?
- Déjeme salir hijo de puta! Esto le va a costar caro!
- Veo que no hemos entendido la pregunta, ni la situación. Verá, está en el maletero de su coche, yo tengo la llave y su cartera y su móvil. Nadie se extrañará de que llegue tarde. Nadie le espera con una bronca. Sólo le estoy pidiendo unos minutos de su valiosísimo tiempo para que conteste a una pregunta. -y golpeó con el puño el maletero. - me ha oído abuelo?
- Está bien. qué quiere saber? Pero abra el maletero.
- Se deja el pro favor, no cree?
- Por favor, me estoy ahogando!
- Creo que está bien ahí. A ver, qué se siente al jugar a los supermercados con empresas enormes?
Y empezó a oir un pitido. Parecía proceder de la cartera del presidente. Se agachó, la recogió del suelo y buscó en el interior. Lo que sonaba era su despertador. Lo sacó de la cartera y lo miró extrañado.
Entonces abrió los ojos. Estaba en su habitación, era tarde. Volvía a llegar tarde. Se vistió corriendo y salió por la puerta a toda velocidad.
Llegaba tarde de nuevo, como casi cada día. Se paró frente a los seis ascensores al acecho de cuál sería el que llegaría primero.
Pin!
Se abrió el último. Entró de un salto. El hombre que estaba dentro dió un respingo.
- Buenos días.
- Buenos días- respondió.
Entonces lo reconoció. Aquel hombre, ya mayor, impecablemente vestido, que subía desde el aparcamiento era el presidente de la compañía.
Llevaba la tarjeta y el cuelgatarjetas en la mano. Los miró, sonrió y pulsó el piso...

Post desde casa 1: Frágil

Día duro. Semana dura. Semanas duras de principio a fin. Ira, desprecio, rechazo, tristeza, frustración, desánimo, decepción, desaire, fragilidad...sobretodo fragilidad. Aunque tal vez eso es una consecuencia.
Suerte que me queda mi recién adquirido CD de Van Morrison, porque hoy no hay ánimos para salsa, ni para eso. Hoy me dejo abrazar por las notas se Someone like you, cierro los ojos y los acordes del piano me acarícian. Hoy estoy demasiado frágil.

2007/02/26

Primer fin de semana adslando

Ya tengo internet en casa. Este ha sido el primer fin de semana. Me he pasado horas en el messenger, o chateando por gmial. También he peinado youtube. Pero no he podido publicar un solo post. Qué tristeza. Yo que pensaba que podría distraer a mi insomnio posteando pues va a ser que no. Mi ordenador ha decidido que eso es demasiado para él. Así que me veo obligada a publicar clandestinamente de nuevo. Mi gozo en un pozo.

2007/02/23

Receta: Resaca al punto acompañado con un puré de informe

Ingredientes:
Cava y mojito, e informes de seguimiento en base excel con datos extraídos a través de Datawarehouse.
Preparación:
Se cena poco, se toma una copa de cava y se agita todo para que quede bien mezclado, preferiblemente en un local en el que hace demasiado calor y dando bastantes vueltas.
Una vez agitado, se añade el mojito, preferiblememte si se toma rápido. Es imprescindible que, todo ello sea agitado a golpe de vueltas y giros. Una vez conseguido el efecto, para mantenerlo, se le añaden cinco horas escasas de sueño. El resultado es un resacón condiderable.
Para el aderezo, se precisa crear unos informes a través de un sistema de reporting, en este caso Datawarehouse. El tratamiento de los mismos, vía macros excel, le dará una consistencia superior al dolor de cabeza y sensación de mareos deseados.
Tras varias horas de preparación, se consigue una sensacion de levitación y mareo propios de cuál montaña rusa, incluyendo el estómago regirado.
Servir, al punto.

2007/02/22

El resultado de una bronca con el jefe

Ayer acabé la jornada laboral a gritos. Una solemne bronca por pensar, por encontrar problemas, por encontrar soluciones, por negarme a ser una ameba. La discusión siguió en el ascensor y en la calle. Y mi carácter a veces flamígero habría podido llevarme a hacer una burrada, o soltar barbaridades.
Necesitaba calmarme.
Qué hice para calmarme? Ahí va la lista:
· Ir a casa andando (unas 25 manzanas), aunque fuera con tacones;
· Llamar a dos amigas para explicárselo;
· Comprar ropa interior;
· Comprar delicatessen para cenar;
· Alquilar Click de Adam Sandler (esa del mando a distancia con el que puedes parar a la gente y putearla);
· Comer una bolsa grande de patatas fritas al queso;
· Quedarme mirando Buck Rogers hasta las dos de la mañana;
· Este post.

Para todo lo demás...

2007/02/19

El beso

Y la besó. Fue un beso tierno, furtivo, de pasión contenida entre la multitud que celebraba el Fin de Año. Sólo se oían los gritos de alegría, los espanta suegras y el rumor de la música. El beso se enlazó con un abrazo. La levantó como una pluma, frágil, con sumo cuidado y quedaron ocultos entre los cortinajes que cubrían la puerta que llevaba a la terraza. Se besaron de nuevo, así, con ella suspendida en sus brazos, esta vez más apasionados, creyendo que nadie los veía.
Pero alguien los observaba. Alguien que había salido a la terraza para recibir al año solo bajo la nieve. Aquél que menos querría ver aquella hermosa escena, al único al que le dolía.
Él que perdió la cabeza por ella en cuanto la vio, que creyó que sus sonrisas cómplices eran algo más que eso, veía como ella recibía en brazos de otro aquel 2007.
Se estremeció, ya fuera por la nieve que caía sobre sus hombros o por aquel dolor que le helaba la sangre.
Se dirigió a la puerta de la terraza y la abrió. La pareja que se besaba entre los cortinajes se separó sobresaltados. Se giraron hacia la puerta y al verle allí con la chaqueta cubierta de nieve, le sonrieron.
-Feliz año. Dijo ella y lo besó en la mejilla.
Él sonrió y alzó la copa que llevaba en la mano, vacía.
Mientras se alejaba de los cortinajes y cruzaba la sala, sonaba la música animada.
Lloraba sin llorar, en silencio, sin lágrimas, con una sonrisa por máscara y una copa vacía.
Dejó la copa sobre una mesa, recogió el abrigo del guardarropa y salió a la calle.
Se oía la música que se escapaba de las casas y de los coches que pasaban.
Caminó bajo la nieve. No podía llorar.
Llegó a casa tiritando. Dejó las llaves sobre el mueble del recibidor. Se vio reflejado en el espejo. Algo llamó su atención. Tenía una marca carmesí en la mejilla.
Se apoyó en la pared, se deslizó hasta quedar sentado en el suelo y rompió a llorar, con las manos sobre la marca de aquel beso, que lo era todo y no era nada.

2007/02/16

Carnaval, carnaval

Dicen que en estos días uno puede dejar el disfraz y ser uno mismo o lo que realmente se querría ser. Hay quien se viste de cura, de monja, de mujer de la vida o de Supermán, o de vaca. No entraré en juzgar quién quiere ser cada uno de estos ejemplos. Otros “sufren” la buena o mala intención de sus progenitores y se ven o aún no son coscientes, disfrazados de mariquita, de Saturno, de holandesa, o con la horrible bolsa de basura con cosas enganchadas fruto de la creatividad de algún maestro. Esos niños, que algún día tal vez sufran un trauma por el disfraz que les toca llevar, quién piensa en ellos cuando les dice un “qué mono”?.
También están las fiestas temáticas, ésas en las que has de ir de o en función de lo que otros deciden. Las hay más afortunadas que otras, claro.
Ayer fui a una de las afortunadas y discretas, por suerte. La temática: los gánsters. El disfraz no era obligatorio y con un detalle se salía del paso.
Me sentí bien de mafiosa, no sé si porque llevo en el alma a un duro de los de “me he quedado con tu cara”, o qué, o símplemente me gustaba llevar sombrero.
Pero me quedé con las ganas de disfrazarme discretamente de gata, porque la gata quería marcarse unos bailes discreta y sigilosa y decir miau (aunque claro, no tan sexy como la catwoman de Michelle, porque no es el caso).
Será en otra ocasión.

2007/02/14

Feliz San Valen

Pues sí hoy es San Valentín o San Corte Inglés o San Xocoa, según se prefiera. La verdad es que nunca lo he celebrado, ni cuando he estado en pareja y tampoco me hace gracia el día de Sant Jordi, más nuestro, eso sí, desde que alguien, ese alguien, me hizo demasiado daño precisamente ese día.
Pero hoy, cuando menos tengo que ver con uno u otro santo, he decidido que quiero celebrar este bonito día de “love, love” y felicitar a los que quiero.
Sí, ahora parece que vaya a decir un “os quiero, os quiero a todos” a lo Julio Iglesias, mano en el pecho incluída y acento de Miami, you know, included. Pero no.
Lo que quiero es enviar un corazón de chocolate a cada uno de esos
amig@s con los que comparto risas, confesiones y llantos, botellas de vino, cafés, exposiciones, paseos por la playa y tanto más. Quiero enviarles (o enviaros porque algun@s os pasáis por aquí, comentéis o no) un corazón de chocolate blanco, o con leche o negro, almendrado o light porque cualquier día es bueno para felicitaros o para agradeceros todo y más pero, puestos a ser cursi, pues lo hago hoy y así pues viene más o menos al caso, o me sirve de excusa.
Pues eso que os quiero, os quiero mucho, you know, you know.

2007/02/13

420 euros de ilusión

El otro día le pegué un vistazo a loquo. Quería ver si encontraba algún piso de alquiler, lo suficientemente asequible para mi sueldo de mindundi, de mega empresa sí, pero bajo igual.
Había poca cosa, la mayoría zulo-pisos. Pero hubo uno que llamó mi atención. estaba en una buena zona, las fotos demostraban que era habitable y no demasiado pequeño y lo mejor es que, bajando nivel de vida algo, bueno, bastante, pues me podía plantear alquilarlo y mantenerme. Vi la luz. Me vi fuera de casa, en mi piso, haciendo la cena de inauguración, ay...Había dos teléfonos de contacto de particulares. Llamé pero no los localicé. Esta mañana he vuelto a llamar. Cuando una chica ha sonado al otro lado del teléfono las piernas me temblaban. Me ha dicho que la llamara a un fijo. Qué nervios.
Pero quien me ha descolgado el teléfono era otra chica. Me ha preguntado a qué piso me refería.
-"Ah, es que este anuncio está equivocado. Somos una inmobiliaria, tenemos más pisos, qué necesitás" (la a con acento porque me da que era argentina, lo digo como apunte, no por nada más).
Y le he dicho que no estaba interesada en inmobiliarias y que en anuncio dejaba claro que era un particular.
Así que, por el momento, ahí ha quedado mi ilusión, a la espera de encontrar otro chollo-piso, esta vez, a ser posible, real.

2007/02/11

Somebody, esta vez el vídeo, por los viejos tiempos

Sí, complicada

Hoy tengo que darle la razón a quien me dijo que era complicada.
Cómo me gustaría que todo fuera más sencillo. Pero no sé, no me sale.

2007/02/07

Anggun - Snow On The Sahara

Pecadillos

El desencanto era demasiado grande. Son demasiados meses de presión para ahora esto. Así que al salir del trabajo he salido con unas ganas locas de comprarme algo.
Y he pecado. He entrado en una tienda de música y me he comprado tres cds.
Sí increíble, sigo sin bajarme música y sin comprar a los manteros, lo sé, soy una especie en extinción.
En realidad buscaba sólo uno, precisamente el que no he encontrado. Hace tiempo que quiero encontrar un cd de Angun pero hoy, de nuevo, no ha habido suerte.
A cambio me he agenciado estos tres “Greatest Hits” : el que U2, el de George Michael y, finalmente el de Marc Anthony.
Éste último es un pecadillo doble, lo sé, esa salsa lenta que dirían los entendidos, pero mira, es lo que tiene ser aún una principiante, últimamente me gusta demasiado la versión salsera de “Valió la pena” y ese “Ahora quién” al que cada día le encuentro más sentido.
Lo de U2 viene de lejos, de esos tiempos de estudiante y de un viaje a País Vasco.
Y George, bueno, uno de los favoritos de toda la vida, más aún después de su concierto en Barcelona (verdad armas?).
Seguiré buscando a Angun a ver si la próxima vez hay suerte.

2007/02/04

Breves y no tan breves 4: Complicado

Si se quiere A, entonces resulta que B. Si no B, tampoco A. Si C, entonces ni A ni B.
El resultado: casi 100% conjunto vacío.

Breves y no tan breves 3: Olores

Nunca le había pasado. Solía identificar siempre todos los olores. Recordaba a qué olían las personas a las que conocía: a este u otro perfume, a jabón, a tabaco. También retenía en la memoria los olores de los lugares en los que había estado. Sonreía al recordar el olor a mantequilla de Le Marais, el perfume de lluvia de Berlín, los efluvios a fritanga que emanaban de Green´s Papaya y torcía la sonrisa al ver los fotogramas de la despedida entre flores de Campo di Fiori o aquel adiós, el adiós, en pleno Raval.
También asociaba los olores a las etapas de su vida o a las estaciones del año: galletas en el horno en las navidades de su infancia, a crema bronceadora en la playa, a calimocho y sexo en la adolescencia, a papel y libro viejo en los veranos de estudiante, a café de máquina, aftershave y cigarrillo cada mañana adulta.
Pero aquella vez no. Era incapaz de asociarla a ningún olor. Habían estado lo suficientemente cerca para poder captar su olor pero cuál era? No olía a perfume, ni a maquillaje, ni a sudor. Tampoco recordaba ningún sitio en el que hubieran estado juntos que le recordara ella. Parecía que cuando estaba a su lado se transformara en anosmático.
Se preguntaba si es que realmente ella no olía a nada, como el protagonista de la novela de Patrick Süskind, o es que era incapaz de captar su fragancia. O tal vez aquel olor imperceptible era el que lo atrapaba, el que lo obsesionaba, el culpable de que no pudiera sacársela de la cabeza.

Breves y no tan breves 2: Valor


Valor

Para sentir,
para admitir,
para decir,
para asumir.

Valor

Para renunciar,
para traicionar,
para callar,
para aceptar.

Valor

Para perder,
para convencer,
para querer,
para volver.

Breves y no tan breves 1: Puntería

Acción de apuntar un arma. Dirección dada al arma apuntada para que el proyectil alcance el objetivo. Destreza del tirador.
Tras leer esta definición me queda claro: No tengo puntería.

2007/02/01

Llegué, vi, vencí o el logro de una compradora

Hay días en los que una se mira al espejo, le gusta lo que ve y piensa que está de guapo subido. Hoy era uno de esos días.
A eso se ha añadido la sorpresa de encontrarme fuera del trabajo a una hora de persona y encontrarme con un buen rato disponible para pasear por el centro.
Caminaba distraída, zum, zum, zum, zum, aunque no diré que cantaran los pajaritos. En eso que, en un semáforo, se me ha ocurrido que podía ser un buen día para comprarme algo.
De todos es sabido que es absolutamente imprescindible tener inspiración para entrar en un probador, enfundarse una prenda, sentirse bien con ella y comprarla.
Pues bien, hoy tenía esa inspiración en mi poder.
Quería comprarme unos pantalones de esos ajustados de pitillo (que no piquillo como los pimientos). A eso se le llamaría jugar fuerte.
He recordado una tienda en la que tenían varios modelos.
Le he enseñado tres modelos a la dependienta y le he dicho mi talla, bueno, la que tenía antes de que una 38 pasara a ser la de mi sobrina de cinco años y yo sólo cupiera en, cómo me dijeron, ah sí, tallas especiales.
La dependienta era amable, hasta me miraba sin cara de asco, increíble.
Mi talla, la mía, la tenían, inaudito.
Y llegó la hora de la verdad, aquella en que pensé que se acababa el cuento: la hora de probarme los tres modelos.
Me he puesto el primer pantalón y se ha producido el milagro.
Del espejo del probador salían luces y una aura mística rodeaba mi reflejo.
El pantalón me cabía, es más no me iba ni largo ni corto, ni me sobraba de cintura, ni estrecho de piernas. Me ajustaba perfectamente, me atrevería a decir que hasta me quedaba bien (la falsísima modestia me impide explayarme al respecto).
Qué sensación, qué experiencia mística casi comparable a...bueno, tampoco hay que pasarse.
Pero qué gozada. Con lo difícil que es encontrar algo a la primera, encontrar un pantalón ajustado del pitillo famoso que tenga un tallaje que encaje mínimamente con las formas de una y, así, a la primera, ha sido casi una lotería.
Qué decir que me lo he comprado, porque encima estaba a mitad de precio.
Al salir de la tienda, con esa sonrisa de felicidad característica de quien ha conseguido un gran logro, me he encontrado que el tiempo no me sonreía, que llovía y no llevaba paraguas. Pero nada podía estropear ese momento, el momento.

Este post se lo dedico especialmente a las chicas porque seguro que vosotras entendéis lo que es intentar comprar una prenda de ropa y que la dependienta te maltrate, te llame deforme y gorda mientras te pruebas un pantalón, por ejemplo,de largada de gigante y perneras tan estrechas que no le valdrían a una niña de doce años mientras.