2006/12/28

Dos de dos: Post largo (No sé qué título ponerle)

Sonó el timbre del portero automático. Descolgó el interfono y pulsó el botón sin decir nada. Dejó la puerta abierta y fue hacia el salón.
El ascensor se paró en su planta. Él entró, dejó el maletín en el suelo, se sacó el abrigo y lo colgó en el perchero.
Avanzó por el pasillo hasta la puerta del salón-comedor y la vio, sentada en uno de los apoyabrazos del sofá, luciendo un minúsculo camisón de raso lila y mirada de colegiala. Cruzó las piernas dejando ver claramente que no llevaba nada más encima y sonrió ya no tan inocentemente. Él clavó los ojos en su entrepierna y se sacó la americana. Ella se dirigió hacia él descalza por el parquet y lo beso ansiosa.
-Por qué has tardado tanto? –preguntó mientras le sacaba la corbata
-Me han entretenido- dijo él desabrochándose el pantalón.
Ella siguió con la camisa, y dejó al descubierto una camiseta interior blanca.
-Uy qué camiseta más mona. Y le acarició el miembro, que estaba más que endurecido, mientras reía.
Eso fue provocación suficiente para él.
La agarró de los brazos, la giró y se apretó contra su espalda mientras la abrazaba con fuerza por la cintura.
Los pantalones cayeron hasta sus tobillos.
Ella se agachó hacia delante, abrió las piernas, se agarró al asiento de una de las sillas , se giró y le dedicó una sonrisa de pura lujuria.
La penetró con fuerza, con urgencia. Ambos jadeaban.
A aquel polvo desesperado lo siguieron dos más en el dormitorio, con ternura, preliminares sin prisas ni camiseta interior.
Al poco él se incorporó en la cama y se empezó a vestir.
Ella le pasó la mano por la espalda arqueada.
-Tengo que irme- dijo, y la besó.
-Lo sé.-contestó ella mientras se giraba para no verlo marchar.
Unos minutos después se oyó como se cerraba la puerta tras él. Ella se tapó aún más con las sábanas. Entre los pliegues de las mismas estaba la camiseta interior.
La cogió , se la acercó a la nariz e inspiró con fuerza.
Olía a vainilla, a aftershave, a jabón. Olía a él.
Se acurrucó en la cama con la camiseta entre las manos, pegada a la cara.
Se durmió.
Al día siguiente se despertó más fresca que nunca, con la sensación de haber descansado. Estaba radiante. Desayunó, se arregló y se preparó la fiambrera de la comida, que metió en una bolsa de cartón junto con la camiseta que había dormido con ella aquella noche y que la acompañaría a trabajar.
Llegó la primera. Entró en el despacho y dejó la correspondencia sobre la mesa y unos billetes de avión en el primer cajón.
Empezaron a desfilar el resto de compañeros.
El jefe llegó puntual.
-Buenos días.
-Buenos días –respondió ella mientras se levantaba y lo seguía hasta la puerta del despacho.
-Le he dejado los billetes para mañana en el primer cajón. -dijo desde el quicio de la puerta.
-Estupendo gracias.
Y abrió el cajón. Allí estaban los billetes sobre la camiseta, su camiseta perfectamente doblada, la misma que ni se había dado cuenta que había olvidado entre las sábanas..
Ella seguía de pie en el quicio de la puerta.
La miró, dejó escapar una leve sonrisa y se concentró en la correspondencia perfectamente dispuesta sobre su mesa.

Un de dos: La máquina expendedora de cebo

Hace unos meses me trasladaron. En el camino del metro al edificio hay una tienda de útiles de pesca. La había visto pero no le había prestado demasiada atención a los artículos expuestos en el escaparate. No soy precisamente una seguidora de “Jara y sedal”. Pero no hace mucho le presté atención. Me sorprendió que hubiera una máquina de venta automática en la puerta de la tienda. No me fijé en qué tipo de productos vendía. Di por supuesto que sería una máquina de venta de refrescos, o de agua o de bocadillos. Pero esta mañana se me ha ocurrido mirarla con detenimiento. Se trata de una máquina expendedora de cebo. Jamás había visto ese artículo en ese tipo de máquinas.
Lo cierto es que la venta automática está pensada para productos de elevada rotación, de uso u consumo para un espectro amplio de mercado, de demanda elevada, en establecimientos multitudinarios, faciliten la venta, para productos de emergencia -condones, compresas-, etc.
Tras esta breve reflexión me he planteado quién consume cebo, a quién le puede urgir conseguir cebo, si es tan grande la demanda como para saturar al dependiente de la tienda, si hay mucha gente que compre, si es de elevada rotación o perdurable en el tiempo y si es rentable tener semejante máquina. Como , a excepción de la última pregunta, de la que tengo dudas, no hay ni una sola que justifique la presencia de dicha máquina, a quién se le debió ocurrir ponerla? Qué lo motivó?
Luego han venido las divagaciones, la imaginación al poder: Qué pasaría si la ponemos junto a una máquina de tabaco o de chucherías?
Tal vez le haga una foto y la cuelgue un día de estos.

2006/12/26

Cuatro post para entretener

Lo que da de sí una noche de insomnio inspirado...Os dejo cuatro posts y dejo en el tintero otros cuantos para no saturar. Espero que guste alguno. Unos dan más para la polémica que otros.
Pues eso, ya queda menos para acabar este año. A ver si el 2007 mejora.

Post 4: Las pingüinas

Sorprendentemente dan un reportaje en horario de máxima audiencia y sin anuncios. Eso sí, en Nochebuena y compitiendo con Raphael y “el camino que lleva a Belén, ropopopóm, ropopopom” y en TV3. Casi suelto una lagrimilla. Es el reportaje de La ruta del emperador, que ganó un Oscar. Sigue la ruta migratoria de los pingüinos emperador y explica sus costumbres y aventuras y desventuras. Entre plato y plato, brindis y turrón lo he visto a trozos. Uno de los fragmentos me ha sorprendido. Resulta que los pingüinos son monógamos. A diferencia de otras especies, son las hembras las que se disputan a los machos a golpetazo de aleta limpio. Una vez se ha aparejado las demás muy honradas lo consideran fuera de mercado y se pelean por otro. Y de golpe lo he visto claro: estamos ante la pingüinización del mundo. Porque el esfuerzo galante masculino tiende a 0 y parece ser que nos “toca” a nosotras lo de cortejar. Claro que las pingüinas no tienen la mala leche que gastamos las féminas humanas y hay mucha churri que el código de “macho pillado, macho que no se toca” se lo pasa por el forro. Es que ya me veo, vestida de pigüina en una fiesta singles. En vez de luchas de barro, luchas a aletazo limpio y el premio, cuál cesta, un pingüino.
Lo divertido es que los machos pingus iban muy tiesos y se hacían de rogar por la pobre ganadora, cual doncella medieval tras el torneo de turno. Por más que veía más me identificaba con las pobres. Me he quedado con las ganas de ver cómo acababa el tema (el momento brindis y regalos me ha superado). Deben regalarles arenques a los pingüinos en vez de flores? Les deben cantar una serenata a la luz de la aurora boreal? Me hubiera gustado saber cómo acababa para saber qué nos depara el futuro pingüinizado.
De momento empiezo a notar en mi entorno ciertos cambios: en los locales de salsa ya no sacan sólo los chicos, hay locales en los que se ha instaurado que seamos nosotras las que vayamos a sacar a los “machotes”. Pero eso es harina de otro post.

Post 3: Mitos

Tras una copa con un amigo, llegué a casa con los ojos como platos. Me sentía incapaz de dormir así que me puse la televisión. Daban “La noche temática” y hablaban de tres mitos de cine Marilyn Monroe, Audrey Hepburn y Sofía Loren. Explicaban un poco la historia de cada una de ellas, de esas magníficas actrices, bellísimas e inimitables, mujeres imperfectas quizás pero con una personalidad y una presencia que hecho en falta en las actrices de un tiempo a esta parte. No será porque no ha habido imitaciones de todas ellas, lo cierto es que es imposible llegarles a la suela del zapato. Eran ellas, y eran así y punto.
El golpecito juguetón al micrófono de Marilyn antes de cantarle aquel Happy Birthday a Kennedy, Audrey con gafas de sol enfundada en el Givenchi negro delante de Tiffany’s o Sofía cantando el “Americano” frente a Gable no pueden reemplazarse. Es como poner un anillo de diamantes y una imitación de plástico: brillará, sí, pero no será nunca lo mismo.
La verdad es que era tan bueno el reportaje que no me dormí y tuve que pasar al plan B pero ese es otro post. Qué lástima que den esos reportajes a altas horas de la madrugada y no en prime time de la parrilla televisiva. No me importaría nada que el Gran Hermano lo dieran a las quinientas. No es un programa 24 horas? No dan las imágenes bajo el edredón? Pues que las den en directo a las tantas de la mañana, en plan primicia y nos dejen a los demás los programas interesantes como éstos de mitos de cine o los de los reportajes de la segunda guerra mundial que también los dan a las mil.

Post 2: La tortura de la planta de Navidad

El otro día quise darme un chute de buen rollo navideño aunque fuera a golpe de visa. Fui a la floristería, me planté frente a las plantas de Navidad (creo que se llaman ponsetias o algo así, siento ser tan ignorante) y escogí una grande que iba adornada con papel pinocho naranja y un lazo blanco. Mientras la dependienta pasaba la tarjeta por el datáfono, le pregunté cómo cuidarla para que no se muriera porque siempre se acaban muriendo. Me lo explicó pero me dijo que, si vivía sería toda verde y no con las flores rojas. Ingenua de mí le pregunte si es que eran teñidas “Noooo, es un tratamiento que se les hace para que salgan las flores rojas. Se las tiene a oscuras durante unos meses para que las flores, cuando salgan, sean rojas”. En ese momento salió el papelito de conformidad de pago. Lo firmé, le deseé buenas fiestas a la dependienta y salí por la puerta con mi planta en brazos. Mientras iba hacia casa pensé en las pobres plantas de Navidad y me entró una pena horrorosa. Así que las tenían sin luz, a las pobres plantas, que necesitan la luz para vivir, sólo para que salgan las flores rojas y haga bonito. Cómo no se iban a morir luego, las pobres, si las torturan así. Pensé en los perros a los que les cortan la cola o las orejas para que queden más monos o más acordes con el modelo de perro de esa raza, en las mujeres chinas con los pies destrozados o las mujeres jirafa.
Así que cuando llegué a casa tampoco me embriagaba el espíritu navideño. Ahora cada día que veo la planta de bellísimas flores rojas me acuerdo que es una pobre torturada.
Este año ni a golpe de visa consigo sentirme jou, jou, jou.

Post 1: Anoche cuando dormía soñé...patiné, patiné

Entre tanto mal rollo navideño se ha colado más de un sueño significativo que “fa pensar”. El de esta noche no ha sido de ésos. Como llevo varios posts autocompasivos me ha parecido que un poquito de alegría y buen rollo valía la pena (me da la impresión que ya cansa tanto buá, buá y, como siga así perderé lectores de post y no es plan, todo sea por la audiencia bloggera).
Esta noche pasada soñé que iba a patinar a la pista de hielo Skating de nuevo. Me acordaba bastante para haber pasado casi veinte años desde la última vez que me calcé unos patines. Notaba ese olor a hielo, el frío, oía el ruido de las cuchillas sobre el hielo, zas, zas. Sonaban canciones variadas, había gente que sabía y otros que nos aguantábamos con más o menos soltura. No recuerdo con quién iba pero me lo estaba pasando bien y sonreía.
Me he despertado con esa sonrisa. Mientras me desperezaba recordaba cuando iba casi cada sábado. Debía tener once o doce años. Quedábamos unas cuantas niñas del colegio en la puerta de la pista. Era la época en que uno de los niños pre-adolescentes que hacía hockey de Maristas se dedicaba a hacer el machito y nosotras reíamos como memas. . Nos pasábamos la mañana patinando y riendo, apurando hasta el último minuto. Luego tocaba correr para llegar a casa antes de las dos y media para comer. Tras el verano dejamos de ir a patinar. Las hormonas de la mayoría decidieron que aquello era de niñas pequeñas y no volvimos a ir. Desde entonces, no he vuelto a ponerme unos patines. Tampoco mantengo contacto con mis antiguas compañeras patinadoras.
Supongo que el subconsciente me ha jugado una mala pasada y que el bombardeo de películas navideñas y de anuncios de pistas de hielo montadas en las plazas y centros comerciales ha desempolvado aquel recuerdo.
Así que ahora tengo el gusanillo. Me apetecería muchísimo ir un día a aquella pista y patinar de nuevo. Alguien se apunta? Alguien quiere volver a ser niñ@ conmigo?

2006/12/22

Hoy no sé que deciros

Quería escribirt algo gracioso, algo divertido. Quería escribir una historia "con muerto". Quería explicaros mil cosas.
Pero hoy no hay suerte, hoy no me inspiro. Sólo se me ocurren quejas y melancolías. Os contaría un chiste pero no soy graciosa (los destrozo). Así que nada, a ver si hay suerte y se me ocurre algo en otro momento y lo publico.
Espero inspirarme y contaros la historia de Il Divo, el auténtico, el lampista. O la exposición de carteles de Tàpies, o la sencillez llevada al extremo en las cenas de empresa. Pero no será hoy. Hoy toca dosis de chocolate y peli romanticona.
Os dejo una canción de Tiziano Ferro
Perdona
Perdona
Si te he hecho lo que te he hecho te diré sólo
Excusa Dibuja una sonrisa y te regalo una
Rosa Verás que mi amistad entra en el alma y te
Toca Porque sé como soy yo te lo pido
Perdona
Si te he hecho lo que te he hecho te diré sólo
Excusa
Dibuja una sonrisa y te regalo una rosa
Verás que mi amistad entra en el alma y te
Toca
Perdona
Con la alegría que me encoge el alma
A cuatro, cinco días de Navidad
Un punto entre el encanto, los temores
Me pienso que es lo que he hecho
No me llores
Con las personas que no han sido tantas
Buenos pretextos pero siempre pocos
Entre deseos, labirintos, fuego
Comienzo nuevo año yo pidiéndote
Perdona...
Digo que contigo estoy bien es poco
Digo que contigo estoy mal de locos
Un punto entre la tregua, las revoluciones
Donde están las buenas ocasiones
Sabes que en éstas Navidades
Te lo recuerdo somos especiales
Entre contradicciones y defectos
Te quiero es mi momento
Perdona...
Que el invierno no tiene miedo
Y es que yo sin tí no soy yo
Que perderte no es ningún juego
Y es que yo sin tí que sé yo
Y la noche bailando sola
Porque sin tí no bailo, no
Que la luna brilla en el cielo
Que yo solo no hago nada, amor
Perdona...

2006/12/18

Carta a los Reyes Magos

Queridos Reyes Magos,
Hace bastantes años que no os escribo. Desde la última vez que os escribí mi familia se ha encargado de que tenga regalos cada Navidad. La verdad es que no me puedo quejar ya que se han más que comportado. Este año, pero, me han dicho que lo que pongo en la lista lo he de pedir a los Reyes porque ellos no pueden hacer nada.
Dado que llevo tiempo sin molestaros , que me he portado todo lo bien que he podido, y que no veo otra manera de conseguir lo que pido ni por mis medios ni con ayuda externa, os paso la lista de lo que me gustaría encontrarme junto a los zapatos este año:
  • Tener a mis sobrinos estas fiestas y siempre que quiera.
  • Un contrato para trabajar en una empresa digna, con gente competente, para un puesto interesante y bien remunerado.
  • Una pareja de baile.
  • Poder conciliar el sueño cada día antes de las dos de la mañana.
  • Inspiración para escribir una novela que sea un best seller.
  • Un tío estupendo que me adore y me de un abrazo salvador y fulmine "al malo".
  • Un pellizco en la loteria de Navidad.
  • Un nivel de inglés increíble de la noche a la mañana.
  • Un piso chollo que pueda pagar.
  • La dimisión de Bush y sus amigotes.
  • El fin de los conflictos armados, especialmente en Palestina.
  • El descubrimiento del medicamento milagroso que cure el cáncer.
  • El descubrimiento de una fuente de enrgía sostenible, que se comercialice.
Por último, sólo comentar que me conformaré con que me concedais una de las peticiones, una de las trece (espero que no seais supersticiosos).
Prometo dejar en el balcón pan y agua para los camellos y dulces y licores para vosotros. Cualquier "extra" que precisárais, no dudéis en hacermelo llegar a.s.a.p. para que pueda reconducirlo/gestionarlo y lo tengais el mismo día seis a primerísima hora.

Muchísimas gracias

No muy navideño

Desde que soy adulta la Navidad ya no es lo mismo. Estos días, con las luces y el espíritu navideño por todas partes, los sentimientos están a flor de piel. La alegría y la tristeza se acentúan y los recuerdos, buenos y malos vuelven como el fantasma de las navidades pasadas de Mr. Scrooge. Hay años en los que las cosas han ido mejor y otras en que se han complicado especialmente en estas fechas. Este año, es de los segundos: Un futuro profesional incierto en el que la motivación se ha esfumado, problemas familiares que separan, que dejan el amargo sabor de la pérdida,...
Si durante el año se hace difícil hacerse la fuerte y tirar para adelante, con tanto villancico, Papá Noel y anuncio de cava aún se hace más complicado. Lo cierto es que es agotador tener que ser siempre fuerte. Hay días en que apetece poder aparcar la armadura y la espada y dejar que la “doncella” se permita el lujo de ser débil y desvalida. Pero eso tampoco es fácil. De hecho, eso es peligroso. Una vez bajada la guardia puede costar demasiado volverla a subir.
Así que ante posibles bajones, lo mejor es paliarlos. Cómo? Tal vez una tarde de compras, una buena dosis de chocolate, una película romanticona...
Hoy ha tocado una de esas sesiones “anti-melancolía”: tarde entre tiendas, un poco de Sacher para merendar y “Baila conmigo” para acabar el día. Sí, sé que quizás no es la mejor manera de afrontar los problemas pero, a veces sienta tan marcarse unos pasos en Chayanne...
Y mientras escribo estas palabras ya es otro día, ya es mañana, ya vuelve tocar ser fuerte y plantarle cara al día, al trabajo, a la gente y a la vida.

2006/12/13

Sofo y colega navideño


Jou, jou, jou!!!
Sofo y su colega os desean Feliz Navidad a todos los bloggers y a Ovejita.

2006/12/11

Mi mascota: Sofo


Esta es mi mascota: Sofo. Me gustaría que fuera real, pero no lo es. No puedo permitírmelo. Eso sí, siempre que lo acaricio mueve la cabecita. ´Y no lo tengo que sacar a pasear. Aunque no me importaría dar un paseíto por Collserola con un guau.

Supuestamente difícil

El otro día un amigo me dijo que era una mujer difícil.
Tras quedarme a cuadros por un rato porque era la primera vez que me lo decían a la “face”, aunque en varias ocasiones me temo que lo han pensado y no se han atrevido a decirmelo, estuvimos hablando del tema.
Qué decir tiene que yo no me considero “difícil”, menos aún en aspecto al que se refería mi amigo. Aún así como buena Libra que duda hasta de su sombra he querido asegurarme de que estoy en lo cierto y no soy difícil. Según la RAE:

difícil: (Del lat. difficĭlis).
1. adj. Que no se logra, ejecuta o entiende sin mucho trabajo.
2. adj. Dicho de una persona: Descontentadiza o poco tratable.
3. adj.
extraño (raro). Tiene una cara muy difícil.

La verdad es que ninguna de las tres definiciones me pareció que se ajustara a una servidora, ya que no creo ser tan compleja ni ser “descontentiza” aunque sólo sea por lo mal que suena. Y lo de cara difícil, hombre, no soy la Belucci pero tampoco hay que pasarse.

También busqué lo contrario de difícil, vaya, sus antónimos, por si me identificaba con la palabra por negación de las mismas. Lo contrario de difícil es:
posible, fácil, sencillo, cómodo, accesible
Haciendo resumen de lo aplicable a una persona:

posible: (Del lat. possibĭlis).
1. adj. Que puede ser o suceder.
no ser ~ algo.
2. fr. Ser muy grande la dificultad de ejecutarlo, o de conceder lo que se pide.

fácil: (Del lat. facĭlis).
1. adj. Dócil, manejable.
2. adj. Dicho de una mujer: Frágil, liviana.

sencillo, lla: (Del lat. *singellus, por singulus).
1. adj. Que carece de ostentación y adornos.
2. adj. Que no ofrece dificultad.
3. adj. Dicho de una persona: Natural, espontánea, que obra con llaneza.
4. adj. Incauto, fácil de engañar.
5. adj. Ingenuo en el trato, sin doblez ni engaño, y que dice lo que siente.

cómodo, da: (Del lat. commŏdus).
1. adj. Conveniente, oportuno, acomodado, fácil, proporcionado.

accesible: (Del lat. accesibĭlis).
1. adj. De fácil acceso o trato.
2. adj. De fácil comprensión, inteligible.

Respecto a la negación de antónimos, creo ser más “posible” y más frágil de lo que me gustaría reconocer, aunque es cierto que, manejable, lo que se dice, manejable, no soy (bueno, ahora me dejo llevar bailando, eso vale?). Respecto a la sencillez, bueno, habrá quien diga lo de antes muerta que sesnsilla pero creo qte tampoco puedo negar dicho adjetivo. Cómodo implica fácil al igual que accesible.

Conclusión:
Así pues, si no me identifico con la definición de difícil y de los cinco antónimos tampoco puedo negar ninguno, debería aceptar ser calificada de difícil?

2006/12/08

Una lágrima por Picasso

El otro día paseaba por Madrid. Habían pasado muchos años, casi una década, desde la última visita a la ciudad y las cosas, la vida, habían cambiado muchísimo: de los viajes en tren al puente aéreo, de la pensión al hotel de cuatro estrellas, de las juergas previas a una competición a los paseos solitarios tras una jornada de trabajo. Y aún así quise hacer algo que se pareciera a lo que me gustaba hacer entonces. Quise hacer el turista, pasearme por las calles adornadas con las luces de Navidad (la Castellana está preciosa) y ver alguna exposición. Resulto que el Reina Sofía cierra inusualmente tarde -a las 21 horas-. Nunca lo había visitado así que me pareció una buena opción antes de volver al hotel. He de reconocer que al principio me decepcionó un poco, tal vez porque empecé la exposición en sentido inverso para escaparme de un grupo que entró justo antes que yo. Me paseé por pasillos amplísimos, prácticamente sola, parándome ante un Barceló o un Dalí o contemplando alguna de las esculturas de Grgallo o Chillida. Y sin darme cuentra me encontré en una sala amplia y allí estaba el Guernika. No me lo esperaba y fue zas! una sacudida. Se me puso la piel de gallina, abrí la boca y los ojos como platos. Me volvió a pasar, como frente a los Burgueses de Calais, La escuela de Atenas, el David o la Saint Chapelle, se me volvió a escapar una lágrima. Nada tenía que ver aquel cuadro inmenso con lo estudiado de él en COU. Esa sensación no se puede describir en el comentario de una obra. Eso sólo se puede sentir frente a la obra de un genio. No sé cuanto rato pasé allí, plantada como una col mirando cada detalle y cada esquina. Recordaba con extraña exactitud las palabras de aquella magnífica profesora de arte del colegio y sólo podía mover la cabeza, asintiendo. Pero ahora esas palabras tenían muchísimo más sentido. Sin duda el arte es una de esas materias que se han de aprender "en campo" porque en una diapositiva esa sensación no existe. Recordé también un par de exposiciones temporales del museo Picasso por las que pasé este año. Veia aquellas series de cuadros de payasos y personajes circenses, recordé las esculturas y las fotos del pintor. Y pensé en una conversación mantenida con una amiga. Picasso siempre estaba rodeado de mujeres hermosas. Quién no caería a los pies de un hombre de mirada fiera capaz de transmitir y de crear de aquella manera? Aquel talento hacía que las mujeres se olvidaran de todo y aceptaran pertenecer a aquel "harén" con tal de compartir algunos momentos con él. Me planteé si me habría enamorado de Picasso. No tengo respuesta.

2006/11/26

Un paseo dominguero

Me encantan los paseos de domingo por mi ciudad, esa ciudad con la que tengo una relación de amor odio, de un ni contigo ni sin ti, como las relaciones , las buenas, las que me molan, las que apasionan. Esa ciudad es Barcelona.
Hoy me he dedicado uno de esos paseos por una de mis rutas preferidas.
He bajado por la calle Marina y luego he llegado al parque de la Ciudadela. Luego he dado una vuelta por el Born.
Normalmente cuando bajo hasta aquella zona me hacerco al mar para decirle hola desde la Barceloneta. Pero hoy me ha pasado algo curioso. l llegar a la estación de Francia he visto el edificio en el que trabajo desde hace pocos días y se me ha cortado el rollo. Definitivamente los paseos por la Barceloneta ya no van a ser lo mismo nunca más. Es lo bueno y lo malo de darle los buenos días al mar cada mañana desde mi puesto de trabajo.
Para superar el mal rollo he atajado por el carrer Ample y me he parado en el Papabouble (no me acuerdo como se escribe). Estaba abierto, sorpresa! Esa tienda en la que hacen caramelos artesanalmente , que te dejan probar los que están haciendo allí mismo, en tus narices, me encanta. Han caido tres bolsas. Me siento una niña de ocho años en aquella tienda mágica.
El mal rollo ha desaparecido y he subido por la calle Avinyó y por el centro hasta Paseo de Gracia bajo el calor de primavera aunque sea casi diciembre.

2006/11/22

Blue eyes

Era tarde y el ambiente estaba algo cargado en el local: demasiada gente, demasiado humo y poca ventilación hacían del garito de Yulen el lugar perfecto para perderse en sombras. Allí estaba, en una esquina de la barra, con un codo apoyado en la tabla y un vodka con naranja en la mano. Vio un taburete vacío y se sentó. Contemplaba la pista mientras sonaba la música. Pero no veía nada, no pensaba nada, tenía la mente en blanco. Las notas se deslizaban sin que les prestara atención cuando alguien cruzó el local hacia allí. Se miraron, se reconocieron, bajó la vista al suelo y sus ojos chocaron con sus zapatos. Volvió a erguir la cabeza y allí estaba. Tenía los ojos azules, pequeños, fríos y los rasgos perfectos, el pelo bien cortado, castaño, corto. Mantuvo la mirada unos segundos que parecieron años o quizás siglos. Empezaron una conversación frívola, absurda, un puro trámite sin nombres. Rieron. Los ojos azules fueron enmarcados por pequeñas arruguitas y la boca fina dejó entrever unos dientes perfectos, blancos. Bajó la mirada de nuevo. Esta vez se detuvo en sus tejanos gastados y su jersey azul algo ajustado. Notaba los nervios en el estómago o quizás fuera la excitación que iba, poco a poco, nublando su entendimiento. De nuevo se produjo un cruce de miradas y siguió la conversación fluida. No podía dejar de perderse en aquellos ojos que expresaban todo aquello que afirmaban las palabras. Y de nuevo llegaron las risas y las sonrisas, estas últimas aderezadas con algún que otro arqueo de una ceja y un ligero movimiento de cabeza hacia un lado y hacia delante, sin perder el contacto visual. Pasó una hora o tal vez tres entre vodka y humo. Esperaba un acercamiento que no podía tardar o incluso un “vámonos” en cualquier momento. Pero pasaban los minutos y más horas y Yulen cerró el garito.
Se despidieron en la puerta sin remoloneos, con un adiós de colegas y echaron a andar en direcciones opuestas. Se giró y sus ojos se encontraron con aquellos azules seguidos de la sonrisa ladeada y la ceja en arco. Lo siguiente fue un paseo casi mudo hasta el parque, unos besos furtivos, agresivos, casi mordiscos, los respectivos pantalones deslizándose hasta los tobillos y las manos nerviosas amasando los cuerpos. Y lo que empezó siendo sexo salvaje pasó a agresividad descontrolada hasta llegar a paliza mientras los ojos fríos y la sonrisa se transformaban en mirada fiera y la ceja enarcada, seductora, dejaba paso a en un rictus maléfico, mientras notaba las patadas en sus costillas y los golpes de las piedras.
Lo último que vio, mientras yacía inmóvil entre los arbustos con los pantalones bajados hasta los tobillos y la ropa interior desgarrada, fueron aquellos ojos pequeños y fríos mientras sentía un beso en su boca magullada de mandíbula rota.

2006/11/20

Odisea para ir al servicio

Hace pocos días que nos han cambiado de oficina. Hemos pasado de trabajar en un edificio tan hecho polvo que una de las ventanas estaba enganchada con cinta adhesiva a un súper edificio inteligente, por no decir listillo. Del calefactor y el abrigo al climatizador superdotado por zonas. De no tener covertura ni luz ni nada a las vistas al mar. Puro lujo, vaya. Aunque todo tiene sus pros y contras. De entrar más o menos puntual (en mi caso menos, mucho menos) a pasearnos con la tarjetita al cuello para pasarla cada vez que accedemos a cualquier espacio distinto. Según decía en el manual del traslado o wellcome pack , de esta forma se sabe quién está en cada planta o zona en cada momento y en caso de emergencia es más fácil evacuar el edificio. También se podría hacer la lectura que, así también se sabe cuanto rato está todo el mundo fuera de su sitio ya que esta información actualiza el sistema de control de presencia por el que media hora fuera de las zonas de trabajo habitual puede ser necesario justificarla. Uno de los espacios “distintos” es la zona de ascensores y los servicios que están justo al lado. Así pues, la súper tarjeta informa a ese sistema, que parece el Gran Hermano, del tiempo que se está en pasar de una planta a otra y, también el rato que está uno en el servicio. El otro día se me ocurrió ir al servicio y la luz, inteligente como el edificio, no se encendía. Al parecer no me detectaba (me acordé de cierto anuncio de aires acondicionados inteligentes). Después de hacer el idiota entrando y saliendo una y otra vez a ver si el sensor se enteraba, decidí bajar a otra planta para ir al servicio. La situación absurda se repitió. Me dio una crisis de identidad (no soy nadie doctor, no soy nadie) Decidí que era el momento de intentar colarme en el servicio de caballeros, al estilo discoteca cuando hay cola en el servicio de chicas. En la puerta, pero, me encontré a un compañero de departamento que estaba haciendo la misma performance que yo antes, ahora entro , ahora salgo para ver si se encendía la luz y nada. Bajamos otra planta a ver si había más suerte. Esta vez sí, las luces de los servicios detectaban nuestra presencia. Con todo miré el reloj, llevábamos casi 20 minutos fuera de nuestra planta. Nos dispusimos a coger el ascensor. Tardaba. Pasaron algunos minutos más. Nos miramos y decidimos subir por las escaleras a la carrera para llegar antes que se cumpliera la media hora permitida.
Así pues, media hora después llegaba a mi sitio, acalorada. Me senté en la silla ergonómica. Tenía un calor horrible.
Cinco minutos después me levantaba de la silla con dolor de espalda. Salí por la puerta y me dispuse a ir a la planta de arriba, una de las pocas en las que hay máquina de agua.
La moraleja os la dejo a vosotros bloggers.

Recupero mi novela

Hacía más de un año que ni siquiera tocaba mi proyecto de novela. Se quedó congelada en el momento en que decidí cambiar de tiempo la historia de presente a pasado. Fue tocarla y plaf! Se quedó ahí, atascada, la novela o yo. Sé que no va a ser un best seller, que probablemente no se publique pero me gusta mucho esa historia y me daba especial rabia saber que estaba ahí, en el disco duro del PC acumulando polvo. Y aunque no estoy en una época especialmente productiva, ni creativa ni nada me he decidido a retomarla. No he escrito mucho, la verdad es que sólo he sacado mis papeles con la estructura más o menos clara que tenía de la trama y las fichas más o menos incompletas de los personajes. También he repasado esas pocas páginas escritas. Pero bueno, es un comienzo. Espero vencer la pereza que me da completar las fichas de personajes, rematar la trama y documentarme y, al fin, poderle dar vida a esta historia que tanto tiempo lleva en mi cabeza.
Y cómo es que la retomo ahora precisamente? Pues porque después de hablar con una amiga me di cuenta que, por muy estancada que esté en mi vida, por muy cansada de todo que esté o precisamente por ello, tengo que empezar a liberarme aunque sea con nuevos proyectos como este, quiméricos, pero que den rienda suelta a esa imaginación que cada día intenta matar la rutina. Al menos debo avanzar en aquello que realmente me gusta.
Como sé que este post lo leerá esa amiga, le doy las gracias, por los ánimos, por la inspiración.

Desempolvando fantasmas

Cada vez que ordeno el armario o los cajones o lo que sea me encuentro con algún que otro recuerdo del pasado. A veces son graciosos, como una bolsa llena de hombreras ochenteras, o los primeros apuntes tomados el primer día de trabajo en los que ponía especial interés y apuntaba cosas que ahora tengo tan por la mano que al leerlo me da la risa. Otras, los recuerdos son agridulces y, en algunas ocasiones, incluso, tristes: una fotografía con alguien que ya no está, una carta, un libro...
El fin de semana pasado, al hacer el cambio de armario me encontré con uno de esos recuerdos agridulces. Era un libro que no recordaba que tenía. Un libro de cocina, de recetas de todo tipo, sencillas y más elaboradas. Me pareció que, dado mis escasos conocimientos de cocina me podía ser infinitamente más útil en un estante más a mano que no en un altillo casi inaccesible. Así que lo deje sobre una silla y seguí ordenando el armario.
Al acabar, horas después, me fui a la cocina y me llené un vaso de cola light para recuperar fuerzas. Me dispuse a ojear el libro de cocina. Descubrí que había algunas páginas marcadas con un trozo de papel: cóctel de espárragos y pavo con calabacín. No recordaba haber hecho nunca aquellos platos. Tampoco recordaba haberlos comido. Seguí ojeando el libro y cada vez me convencía más que su sitio estaba en la estantería, bien a mano. Estaba a punto de cerrarlo cuando vi que en la primera página había una dedicatoria. No la recordaba así que la leí. Lo escribía quien me había regalado el libro: mi ex. Ese era el motivo por el que el libro y sus recetas estaban en un altillo y no en una estantería. Eran palabras que recordaba felices en aquel momento y paradójicamente amargas ahora, años después. Eran promesas y deseos extinguidos que me golpearon a traición desde un pasado demasiado lejano.
Cerré el libro y lo coloqué junto a otro de Ferran Adrià. Busqué un CD y lo puse. Empezó a sonar Lady in red, mientras me acababa mi vaso de cola light sentada en el sofá con los fantasmas del pasado volando entre nota y nota acabaditos de desempolvar.

2006/11/15

Uno de lecciones magistrales

El otro día, en una de esas conversaciones absurdas alguien me acabó diciendo la mítica frase: “és que t’has de fixar en un noi com cal”. La conversación, como digo bastante estúpida, no recuerdo ni cómo, acabó siendo una confesión del tipo de hombre o mujer que nos gustaba a cada uno. Los había de perfectamente definidos en un tipo o “prototipo” y otros que no éramos tan homogéneos. En un intento (tan estúpido como la conversación) de “unificar” mis preferencias (queeee, siiii, que ya dije que la cosa tendía a la estupidez absoluta) se llegó a la conclusión por mayoría que me gustaban demasiado freakies, y es ahí cuando alguien, me soltó la frase de más arriba. No valía la pena replicar. Sólo le dije un “como tú, no?”. Me respondió un sí rotundo seguido de una perorata sobre cómo ha de ir vestido, qué debía haber estudiado, de qué ha de trabajar, dónde ha de vivir, cómo ha de ser su familia, qué aficiones ha de tener, qué ha de votar, qué ha de pensar alguien “com cal”. Volví a abstenerme de replicar y sonreí.
Aquella combinación propuesta, más que atraerme me repelía. Es cierto que algunos de los elementos coincidirían en personas por las que alguna vez sentí atracción pero siempre combinado con otros aspectos que hacían volar por los aires el “com cal” dichoso. ingeniería y parapente, barrio acomodado y filosofía, trabajo de responsabilidad y familia desestructurada, jerseycito azul y ermitaño, etc, etc.
Curioso que en la definición no entrara el qué sentir, el qué ser, el qué hace única a esa persona.
Me pregunté si yo misma era una chica “com cal” dentro de esa definición. Me alegré de no serlo por no cumplir la mayoría de las premisas (bueno, lo del sueldazo no me habría importado cumplirlo).
De nuevo sonrisa ladeada. No dejaba de ser sorprendente que me intentara aleccionar alguien a quien nunca se le conoció pareja.

Dualidad

Este fin de semana me ha tocado hacer una de mis tareas favoritas: hacer el cambio de armario de temporada, esto es, guardar la ropa de verano y poner a mano la de invierno. A parte de obligarme a subir a una escalera más veces de las que el mi vértigo tolera, esta labor estacional me obliga a ordenar, otra de mis actividades favoritas, y decidir si debo desprenderme de alguna prenda. Dado que la toma de decisiones requiere todo un análisis (no por nada soy Libra hasta la médula) lo que debiera ser una tarea doméstica más se transforma en el peor de los trabajos.
En una de esas inseguras subidas a la escalera cargada de cajas de zapatos, se precipitaron al suelo un par de ellas. Los dos pares que contenían se desparramaron por el suelo. Entre tanto agobio y el estruendo producido no pude más que ponerme a reír. Junto a un par de botas de montaña se encontraba una sandalia de pedrería mientras su par sobresalía de una de las cajas caídas. Me acordé de algo que leí sobre las mujeres libra que me hizo mucha gracia en su momento. Venía a decir que las libra podían pasar de un traje de noche a las botas de montaña sin despeinarse. En aquél momento me hizo gracia porque no me veía así, aunque no creo que haga falta que os lo diga ya que, quienes me conocéis sabéis perfectamente que tengo tanto de scout como de cantante de ópera, por poner un ejemplo. Pero mientras bajaba de la escalera aún riendo vi que las botas aún tenían un poco de barro rojizo de este verano en la suela. Era tierra birmana que se resistía a abandonar mis botas, restos de aquella tormenta que de golpe nos obligó a andar por el barro bajo impermeables y que nos caló igualmente hasta los huesos. Y al poner de nuevo en la caja la sandalia recordé una noche de ese mismo verano, de ese mismo viaje, en esas mismas latitudes, una cena en el Strand Hotel calzando esas sandalias mientras un músico tocaba la guitarra y la langosta termidor esperaba en el plato. Al final aquel libro de signos zodiacales iba a tener algo de razón y yo sin saberlo. Luego pensé en cómo de injusto era que en un mismo lugar convivieran la humildad que roza la pobreza peligrosamente y el lujo extremo y cómo yo misma podía tener la poca decencia de ver una parte y aceptar la otra. Aunque tal vez no la acepté tan “alegremente” puesto que aún hoy la tengo más que presente. Eso también es una característica de Libra. Alguien que conozco me dijo hace un par de días algo que sentí en carne propia este verano: “pasarlo mal me recuerda cuando vuelvo a mi día a día lo bien que estoy”. Aquella frase definió perfectamente lo que sentí cada día durante ese viaje.
Creo que el cambio de dirección de este post es un ejemplo más esa dualidad.

2006/11/10

Un regalito para el fin de semana

Tras una semana desastrosa, post-vacaciones y de pleno traslado (algún día tengo que escribir sobre el famoso "proyecto traslado") hoy sólo dejo dos canciones, la primera, que cantaba Nina Simone (aunque hay mil versiones, una de ellas de por George Michael)y la segunda Van Morrison. Ésta última aparece en más de una banda sonora de esas romanticonas, que acaban bien y que, son mentira, ideales para domingo tarde: Siempre a tu lado (Someone like you).

My Baby Just Cares for Me
My baby don't care for shows
My baby don't care for clothes
My baby just cares for me
My baby don't care for cars and races
My baby don't care for high-tone places
Liz Taylor is not his style
And even Lana Turner's smile
Is somethin' he can't see
My baby don't care who knows
My baby just cares for me
Baby, my baby don't care for shows
And he don't even care for clothes
He cares for me
My baby don't care
For cars and races
My baby don't care for
He don't care for high-tone places
Liz Taylor is not his style
And even Liberace's smile
Is something he can't see
Is something he can't see
I wonder what's wrong with baby
My baby just cares for
My baby just cares for
My baby just cares for me
Original lyrics
My baby don't care for shows
My baby don't care for clothes
My baby just cares for me
My baby don't care for cars and races
My baby don't care for high-tone places
Liz Taylor is not his style
And even Lana Turner's smile
is somethin' he can't see
My baby don't care who knows it
My baby just cares for me
My baby don't care for shows
And he don't even care for clothes
My baby just cares for me
My baby don't care for cars and races
My baby don't care for
he don't care for high-tone places
I wonder what's wrong with baby
My baby just cares for
Just says his prayers for
My baby just cares for me
Someone like you
Ive been searching a long time
For someone exactly like you
Ive been travelling all around the world
Waiting for you to come through.
Someone like you makes it
All worth while
Someone like you keeps
Me satisfied. someone exactly
Like you.
Ive been travellin a hard road
Lookin for someone exactly like you
Ive been carryin my heavy load
Waiting for the light to come
Shining through.
Someone like you makes it
All worth while
Someone like you keeps
Me satisfied. someone exactly
Like you.
Ive been doin some soul searching
To find out where youre at
Ive been up and down the highway
In all kinds of foreign lands
Someone like you... etc.
Ive been all around the world
Marching to the beat of a different
Drum.
But just lately I have
Realised
The best is yet to come.
Someone like you... etc.
Buen fin de semana bloggers.

2006/11/08

Me gustaría contar una historia, tener una historia y compartirla. Me gustaría poder explicar cómo, cuándo y por qué, quién...
Y sin embargo no puedo, no tengo qué contar. Al menos nada bueno. Y lo malo, para qué contarlo?
Será por eso que últimamente no escribo casi nada. Será por eso que interrogo a los que tienen una buena noticia que contar. Al menos parece que deja de llover, aunque sea para los otros.
Me siento en otro plano. No sé si es bueno o malo. Estoy como aletargada. Necesito un cambio pero no sé cuál. Me da pereza cambiar porque, cambiar hacia dónde?
Estoy debajo de esas nubes que no me dejan ver el sol. A ver si las puñeteras nubes se largan de una vez de encima de mi cabeza, al menos que se vaya una y vea un rayito de sol salvador.

2006/11/07

In fraganti a carbón



Cada día estoy más perro. Me da una pereza atroz escribir. Me cuesta expresarme. Se me ocurren cosas pero tendría que ir registrando lo que pienso, anotarlo aunque fuera y luego ponerme a escribir pero no lo hago.
A cambio cuelgo alguna foto como estas, "pillada" haciendo el vago, por supuesto.

2006/10/25

El día de...

Se oyó un terrible estruendo, como un obús y tembló la tierra. Arturo se disponía a ir a trabajar a la central hidroeléctrica cuando sucedió. Los cristales de su ventana estallaron, las paredes sufrieron grietas y cayeron los cuadros y algunos muebles. Esa misma fuerza lo lanzó contra la pared norte de la casa y cayó al suelo inconsciente. Cuando despertó, aturdido, cubierto de cristales y polvo, en medio de un silencio tétrico, pensó que había llegado el fin del mundo. Qué podía ser el origen de aquello. La idea de un ataque terrorista se le hacía impensable pues qué interés podía tener cualquier grupo armado en un pequeño pueblo perdido en medio de la sierra. Tal vez hubiera sido un accidente aéreo, pensó, aunque la magnitud del estruendo parecía descartar esa hipótesis.
Apoyó las manos en el suelo pra incorporarse. Se clavó un cristal en la palma de la mano que empezó a sangrar. Ya depié, se dirigió a la ventana más cercana, la del comedor, para ver qué pasaba a fuera. No podía dar crédito a sus ojos. A escasos cien metros, justo detrás de la casa de sus vecinos, los Fonseca, las casas habían desaparecido bajo una especie de muro metálico inmenso del que no se veía fin. Salió a la calle. Desde fuera, la visión era inquietante. Frente a él se erigía aquel muro cuyo fin se perdía entre las nuves que se movían a gran velocidad, azotadas por un fuerte aire, proyectando sombras que se alternaban cn la luz cegadora del cielo de junio.
Miró a un lado y a otro. El muro se estendía metros y metros. No se veía a nadie. Llamó a la puerta de los Fonseca pero no hubo respuesta. Decidió aporrear la puerta y gritar. Nadie contestó. Miró por la ventana. En el interior divisó a Ginés tendido en el suelo, en una postura demasiado extraña como para estar vivo. No pudo contener la rabia, rompió la ventana, rastreó la casa al acecho de vida pero no encontró a nadie. Gritó. Salió a toda prisa y empezó a correr siguiendo el muro. Era como si hubieran construido en escasos segundos una muralla gigante alrededor de su pueblo. A su paso encontró a algún que otro vecino de los pocos que, como él vivían a las afueras del pueblo. Todos hacían lo mismo, deambulaban en busca de algún amigo, de algún superviviente en definitiva que hubiera superado aquello. El muro rodeaba el pueblo así como la central hidroeléctrica y parte de la carretera que lo unía con las otras poblaciones. Arturo tardó casi dos horas en rodear todo su perímetro. Parecía que tenía forma circular, como si fuera un gran proyectil. Al llegar de nuevo a su casa, seguido por algunos vecinos que, como sonámbulos, lo habían seguido, se subió al montículo de escombros en que se habían convertido las casas sobre las que se clavaba y tocó la superficie lisa de aquello. Era metálica, fría y maciza. Aquello no era un muro sino un inmenso cilindro metálico macizo que había sepultado a su pueblo, a sus amigos, a su mundo.
Y cayó al suelo. Se quedó allí tendido sobre los escombros viendo pasar las nuves azotadas por aquel viento uracanado que proyectaban sombras fantasmales sobre su rostro.
Despertó de su siesta con un sobresalto mientras por televisión daban el resumen de las notícias más destacadas de la jornada.
- La empresa eléctrica LCT ha adquirido cinco de las hidroeléctricas de HIDROLUZ situadas en la sierra entre las que destaca la más moderna de todas ellas, la de Valleaguas.
En la pantalla aparecía un mapa la región con cinco banderitas rojas ondeantes que marcaban cada una de las localizaciones de las hidroeléctricas. Una de ellas, la más grande sobre Valleaguas, su pueblo, que caía justo encima de su pueblo hasta llegar a la cerntral.

2006/10/10

Breve

- Lo perdí.
- Cómo?
- En silencio.
- Cuándo?
- No lo sé. Sólo se fue.
- Cómo?
- Como se van, cuando se van.
- Qué te dijo?
- Nada.
- Qué no te dijo?
- No lo sé. No dijo lo que debería haber dicho.
- Y qué hiciste?
- Qué podía hacer?
- Y qué no hiciste?
- Perseguirlo
- Te arrepientes?
- No. De nada hubiera servido.
- Y que harás?
- Extrañarlo, luego, cerrar heridas y olvidar.
- Seguro?
- Se intentará.
- Puedo ayudarte?
- Sí.
- Cómo?
- Dejando que olvide.

2006/09/28

Imágenes que me hacen sentir


Hoy no tengo ganas de escribir, sólo me apetece recordar la sonrisa real. Así que aquí os dejo un par de fotos del pueblo de pescadores al que hacía referencia en un post anterior "Sonrisas al ponerse el sol". El niño que también salía en ese post es el que está en la primera foto, en primer plano, de espaldas, con un polo a rallas azules.

2006/09/27

El día de la eriza en pie de guerra

Hoy una/as eriza/as ha:

Tergiversado mis palabras;
Mentido sobre mi;
Me ha “moqueado”
Me ha criticado
Me ha plagiado
Me ha mirado con odio

Hobbes decía que el hombre es un lobo para los otros hombres.
Para la mujer, las peores enemigas son las erizas en pie de guerra*

*eriza en pie de guerra: concepto original de Arturo Pérez-Reverte

2006/09/24

Declaración a punto de los treinta

En menos de 48 horas cumplo treinta años. Y es un cumpleaños algo extraño.
Por un lado, me siento esos treinta, o mejor dicho, esos no veinte en el carácter, en las prioridades, en las necesidades, en todo. Incluso me siento distinta físicamente. Por otro, me siento más viva que nunca, con ganas de hacer mil cosas, com más ilusiones que nunca, con energía. Joven sí pero adulta también. Y me refiero a que me haya dado el instinto maternal ni nada de eso sino que relativizo todo mucho más y le doy a las cosas un valor distinto. En eso creo que tiene mucho que ver el viaje de este verano.
Y me siento feliz y triste a la vez.
Lo celebraré con mis amigos, con bastantes, la verdad, y me hace ilusión. Estarán los de siempre, los recuperados, los que están lejos, los transformados, los que veo menos, los recientes, con los que comparto confesiones, risas, llantos, actividades y eso me hace feliz.
Pero también habrá la parte triste: las ausencias. No estarán los que se distanciaron, los que dejaron de estar, los que dejaron a secas y, sobretodo, faltarán mis sobrinos.
En ese aspecto, sé que no será un día fácil. Suerte que está la ora parte, la vuestra porque muchos de esos amigos que estarán se pasan por este blog.
Así que os doy las gracias por querer celebrar mis treinta.

2006/09/20

A la caza del restaurante

-Hola, querría hacer una reserva par..
- Para reservas llame a partir de las 5. Gracias. Clic. Pi,pi,pi,pi...

-Hola, me gustaría reservar para este sábado...
-Sta complt. Clic. Pi,pi,pi,pi...
-¿?

-Hola somos un grupo y queria hacer una reserva para el sábado día...
-Los sábados hacemos dos turnos, uno a las 9 y otro a las 11
-Cómo iría a las 11?
-Cuántos?
- 20
-No aceptamos mas de 15 personas, lo siento. Clic. Pi,pi,pi,pi...

-Hola somos un grupo...
-Fumador o no fumador?
-Fumador...?
-Lo siento no reservamos para grupos fumadores. . Clic. Pi,pi,pi,pi...

-Buenas tardes, quería hacer una reserva para el sábado pero somos un grupo de más de 15, fumador. Hacéis turnos?
- Este sábado, perfecto. No no hacemos turnos, a qué hora prefiere? Si me da su mail le paso los menús.
-A como salen?
-60 euros aprox.
(Cloc!. Pi,pi,pi,pi,pi...)

-Hola, es posible reservar para un grupo?
-Depende
-¿? Un grupo...de...20...?
-Depende de cuando?
-El sabado...por...la...noche?
-A qué turno?
-Cuál tienes?
-Depende.
-¿?
-Fuman o no
-Depende...Digamos que no.
-Entonces a las 9.
-Y si fuman?
-A las 11 pero me queda poco sitio.
-OK volveré a llamar.
-Bien adiós. Clic. Pi,pi,pi,pi...


ANUNCIO: Se precisa restaurante para grupo de 20 y SI alguno fuma al menos si no consgo que deje de fumar en estos días y no NO queremos turno ni tampoco tener que vendernos los órganos para pagar la cena. Se recompensará cualquier pista cierta.

2006/09/15

De por que "la gata"


No tengo demasiadas ganas de escribir...Y como una imagen vale más que mil palabras, pues ahí va el post de hoy, bien larguito.

2006/09/11

Sonrisas al ponerse el sol

El barco se acercaba lentamente a la orilla. Ya nos estaban esperando, saludándonos con la mano entre risas y gritos. Bajamos por la tabla que hacía de pasarela que se clavaba en aquella tierra arcillosa, roja, la más fértil que había visto nunca. Nos dirijíamos al pueblo rodeados de risas y gritos de alegría de aquellos niños de tez oscura, pintada con tanaka qe saltaban descalzos por aquel camino fangoso. El pueblo estaba a escasos doscientos metros, oculto por la vegetación magestuosa, salvaje, inmensa. Lo formaban unas pocas casas de paredes de bambú de dos niveles, uno a pie de tierra y otro elevado para guarecerse en época de lluvias, como aquélla, en que las riadas son frecuentes. Entramos en una de las propiedades, una casa y un patio con un pequeño cercado en el que había algunos animales. Los niños reían y saltaban. Bombon, bombon! decían algunos. Sabían que unos turistas despistados seguro que les traían alguna cosa. Sacamos las bolsas de caramelos de las mochilas y el guía hizo poner en fila a las docenas de niños que se arremolinaban a nuestro alrededor. Los había de todas las edades, con aquellos ojos grandes y el pelo tan negro que nos miraban y nos sonreían. Mientras les iba dando caramelos, me fijaba en sus ropas, limpias pero raídas y sus pies descalzos. Me fijé que recibían el caramelo con la mejor educación, tímidamente, con la mano derecha y la izquierda sujetándose el codo derecho. Algunos, incluso, se peinaban mientras esperaban turno en la fila. Y me sentí mal. Me dolió ser la turista que viene con una bolsa de caramelos y luego se va. Me dolió que aquellos niños no tuvieran una camiseta nueva mientras en "mi mundo" los hay que tienen tantas cosas que no las valoran. Mientras pensaba eso, le fui a dar un caramelo a un niño algo mayor que se quedaba al fondo. Movió la cabeza negativamente y me señaló a los más pequeños mientras sonreía. Mis ojos tuvieron que hacer un esfuerzo para no llorar. El cielo lo hizo por mí. Empezó a llover como sólo sabe hacerlo el monzón. De camino al barco, mientras me peleaba con mi chubasquero amarillo chillón me crucé con un hombre enjuto , descalzo y vestido sólo con un lonji arremangado y un sombrero de paja. Se empezó a reír a carcajada límpia con su boca desdentada. Realmente debía ser cómico ver a una turista peleándose con un plástico amarillo con un pájaro azul y rojo pintado. Cuando por fin conseguí colocarme el puñetero trasto, cruzamos una mirada y nos reímos los dos. No sé cómo explicarlo pero aquel momento de risas sinceras, de cruce de miradas bajo el aguacero sin palabras fue lo mejor del día. Y mientras volvíamos en el barco y se ponía el sol, veía a aquellos niños en la orilla, a lo lejos, que habían sido felices por tener unos caramelos mientras al fondo brillaba una hermosa pagoda dorada que se reflejaba en el río. No pude hacer otra cosa que sonreir.

Añoro la sonrisa real

Hoy hace quince días que volví a mi supuesta realidad, a mi supuesto mundo y sigo rara. No sé si sufro el famoso síndrome post-vacacional o es que símplemente el ver otras cosas me ha abierto los ojos. Ahora los malos rollos y las tensiones, el estrés, la agresividad me duelen más. Si lo dicen, lo sé, que a lo bueno uno se acostumbra y yo me he acostumbrado. Me he acostumbrado a las sonrisas, a la gente encantadora, a la espiritualidad, al vivr con lo que se tiene, a las pagodas, al aire limpio y a las frutas deliciosas. Y lo mejor: qué bien se vive con los problemas a 9000 kilómetros. A quién le importa lo que pueda pasar en el curro si ni puedes conectarte al correo electrónico, si no tienes covertura? El móvil, qué delicia perderlo de vista! Sin él he estado libre de sms envenenados, de esos que solo traen malas noticias, malos rollos y tristeza.
Y sé que irme a un país de que es una dictadura y que está subdesarrollado y que es otra cultura no lo arregla todo, que una huida como esa no arregla nada, solo "aparca", pero la verdad es que dan ganas de irse y hacer un trabajo útil ayudando a la gente y no matarse a cuadrar excels estúpidos, que dan ganas de poder hacer algo ante problemas reales y no las estupideces y las necesidades idiotas de occidente. Y ver esas sonrisas, el respeto, la generosidad, en vez de esas caras de perro que lleva la peña por aquí y la mala leche y el egoísmo que reina en mi supuestamente mundo civilizado.
Así que como añoro Bagan he intentado recuperarlo un poquito. Esta mañana, para ir al gimnasio, he dejado de lado las camisetas de marca y los bolsos fashion y me he puesto un pirata de algodón y una camiseta de tirantes y mis chanclas de treaking atuendo con el que me paseé por medio Myanmar. Sé que es estúpido, que dejar mi peinado "encerado" y sustituirlo por una coleta no me va a devolver la paz interior, pero tenía que intentarlo, hoy era un día perfecto para ello festivo y sin móvil (aunque fuera por obligación). Y, si bien en el gimnasio, a golpe de pedalazo en bicicleta estática, he conseguido distraerme un poco, con los malos rollos esperándome en casa y mañana en el trabajo me ha sido imposible recuperar esa paz que dejé en Yangón.
Así que hoy me toca suspirar y recordar cada uno de aquellos momentos, de aquellas sensaciones que me hacen sonreir para oder sentirme viva.

2006/09/02

Mingalabar!

Mingalabar!

Paso revista de los veintiún propósitos de las vacaciones:

  1. Desconectar del trabajo; Totalmente conseguido. Me da igual si llego y el edificio se ha quemado. sólo he pensado en el curro porque no quiero volver. No he mirado ni un solo día el mail del trabajo. Qué esplote la bandeja de entrada!
  2. Dejar los malos rollos a pie de pista; Síiii! lástima que me esperaran pacientemente en la puerta de El Prat y me saludaran con la mano nada más bajar del avión.
  3. Dormir o, mejor dicho, conseguir dormir más de cinco horas diarias; Totalmente. Cuando he dormido poco es porque tenía que madrugar para pillar algún avión matutino.
  4. No ver un excel, ni un access, ni un xml, ni nada que se le parezca hasta setiembre; Por no ver no he visto ni un word. Sólo he tocado un ordenador para postear.
  5. Estar sin móvil, sin covertura y chin ná, sin que me importe; Si, si, si. los días de viaje por fuerza y genial. Ahora poco lo uso. Vale, se me ha estropeado así que eso tambien ayuda.
  6. No tomar café; Bueno, sólo un par o así en tres semanas. No está mal, no? Lo doy por objetivo conseguido, no?
  7. Aprender de otras culturas; Muchísimo: de arte, de budismo, de etnias, de historia. Un choque a mi mente occidental-consumista. Es otro planeta.
  8. Disfrutar de los paisajes y hacer unas fotos increíbles; He visto cómo la naturaleza puede llegar a ser un auténtico espectáculo, paraísos de playas blancas y cocoteros y ríos ,lagos, plantas, mariposas gigantescos. Las fotos, bueno, no están mal pero no le hacen justícia al país. Es demasiado bonito para ser plasmado en una foto.
  9. Probar comidas exóticas; también: arroz pegajoso, plátanos rojos, gamba seca, orujo de palmera, langosta termidor... Me he dado cuenta, al probar alimentos naturales de lo malo/artificial que es lo que comemos aquí.
  10. Padecer el síndrome de Stendhal y llorar ante la contemplación de la belleza; Casi lloré al contemplar Bagan por última vez y la sonrisa de algún niño consiguió que me tuviera que aguantar las lágrimas.
  11. Sentirme viva; Me he sentido afortunada, viva y feliz.
  12. Conocer gente interesante; Lo que más. El país de "la sonrisa real" me ha llegado al alma, especialmente el guía, un tío increíble del que he aprendido muchísimo. (quien haga algún comentario malicioso pilla).
  13. Escribir algo, aunque sea poco, sin que sea fruto de la rutina y los malos rollos; Escribía a diario en el moleskine que me regaló una amiga. A veces tenía tanto que escribir q se me agolpaba en la cabeza y salía como salía. Tengo que ordenarme las ideas y escribirlo más ordenado.
  14. Decidirme por un libro y conseguir acabarlo en menos de tres semanas; Me llevé dos: La Dalia negra que no hay manera que lo acabe y El retorno del profesor de baile de Mankell. No acabé ninguno de los dos pero supe por qué era tan importante la decisión de llevarme un libro u otro.
  15. No pillar una gastrointeritis; Todo correcto. Me fui con el estómago algo tocado por el estrés y he vuelto igual.
  16. Librarme de las picaduras de mosquitos, especialmente los que transmiten la malaria; El repelente antimosquitos, las mosquiteras, tiras, etc funcionaron. Me picaron más mosquittos el otro día cenando en la playa de Barcelona que en todo el viaje.
  17. No encontrarme mal por tomarme Malerone; No he notado ninguno de sus supuestos efectos. Valió la pena gastarse la pasta que costaron.
  18. Ponerme morena.; Algo de color tengo, pero no mucho...snif, snif.
  19. Ponerme muy morena; No mucho, vale?
  20. Ponerme muy, muy, muy morena; Que no! Aún puedo tomar el sol mañana, je,je.
  21. Perder ese kilo que se ha instalado en mi trasero. Definitivamente sigue ahí. Tendré que tomármelo como una consecuencia de los treinta tacos que están a punto de caer. Así seré una massissa. (risas enlatadas de fondo).

Como veis he cumplido casi todo lo propuesto, al menos lo más importante.

Añadiría también que he aprendido a tomarme la vida de otra manera, que me he sentido afortunada al ver las condiciones en que viven en otras partes del mundo. También me he dado cuenta que estamos de espaldas al mundo, que solo vemos ese micro-espacio llamado desarrollo y lo demás ni lo conocemos. Por último, me ha entristécido al ver que nosotros, los supuestamente "desarrollados" o de "primer mundo" hemos perdido la "humanidad" y que hemos destrozado parte del planeta. Porque he visto personas que te sonrén sin conocerte y que te invitan a sucasa sin tener nada, que te ayudan, que te miran y que tienen en sus ojos una felicidad que nunca habá visto. Y también he podido contemplar una naturaleza casi sin contaminar y me he sentido fatal porque nos la estamos cargando porque los que viven allí la respetan mucho más, la cuidan mucho más que los que sólo la explotamos. Por último me he dado cuenta de cómo las comodidades y automatismos han conseguido que perdamos la capacidad de supervivencia.

Supongo que publicaré alguna cosa de las escritas en Myanmar más adelante.

2006/08/08

Veintiún deseos, propósitos, objetivos o buenas intenciones más o menos serios para estas vacaciones

Como creo que no voy a poder escribir hasta después de vacaciones, aprovecho este post para desear a todo aquél que se pase por aquí, un buen verano.

Ahí va:

  1. Desconectar del trabajo;
  2. Dejar los malos rollos a pie de pista;
  3. Dormir o, mejor dicho, conseguir dormir más de cinco horas diarias;
  4. No ver un excel, ni un access, ni un xml, ni nada que se le parezca hasta setiembre;
  5. Estar sin móvil, sin covertura y chin ná, sin que me importe;
  6. No tomar café;
  7. Aprender de otras culturas;
  8. Disfrutar de los paisajes y hacer unas fotos increíbles;
  9. Probar comidas exóticas;
  10. Padecer el síndrome de Stendhal y llorar ante la contemplación de la belleza;
  11. Sentirme viva;
  12. Conocer gente interesante;
  13. Escribir algo, aunque sea poco, sin que sea fruto de la rutina y los malos rollos;
  14. Decidirme por un libro y conseguir acabarlo en menos de tres semanas;
  15. No pillar una gastrointeritis;
  16. Librarme de las picaduras de mosquitos, especialmente los que transmiten la malaria;
  17. No encontrarme mal por tomarme Malerone;
  18. Ponerme morena.;
  19. Ponerme muy morena;
  20. Ponerme muy, muy, muy morena;
  21. Perder ese kilo que se ha instalado en mi trasero.

    Nos vemos a la vuelta!

2006/08/07

Decepción

Por haber escuchado,
por haber entendido.

Por lo dicho
y por lo que no.

Por un todo
que luego no es mucho

Por no mucho
que resulta ser todo

Por lo prometido,
pero no dado.

Por las interpretaciones
y las aclaraciones.

Por pedir
pero no dar.

Por exigir
sin tolerar.

Por pedir diálogo
sin escuchar

Por decir intentar
y no querer arreglar

Por decir ayudar
en vez de utilizar

Por sentir
pero olvidar

Por todo
o por mucho.

Por demasiado
o por demasiados

2006/08/03

El libro elegido

Tengo un dilema. No sé qué libro llevarme de viaje. Si fuera un viaje cualquiera, me llevaría alguno de los que tengo empezados y listos pero esta vez no, así no vale.
El elegido será el libro que más lejos viaje conmigo por lo que no puede ser “uno cualquiera”, ha de ser especial. También ha de ser un libro entretenido, que enganche porque para tantas horas de viaje sino no tiene sentido pero tampoco quiero que sea el típico bestseller “browniano”.
Candidatos tengo varios: uno de Markeris tal vez, una Agatha Christie o “el regreso del profesor de baile” de Mankell. Pero estoy indecisa. Qué decisión tan difícil. Me quedan sólo diez días para decidirme.

2006/08/01

Paseo de gata

A la gata le duele la cabeza. Se estira, bosteza. No le gusta el calor. La gata está cansada porque no duerme bien y tiene el estómago raro, tal vez por las bolas de pelo y las que no lo son. Se vuelve a desperezar, estirando las patas, los dedos y bosteza de nuevo. La gata no quiere hacer nada. Decide incorporarse e ir a pasear por la ciudad. Le apetece oler el mar así que se irá a la playa, se sentará en una roca y mirará a los pocos bañistas que queden tumbados en la arena o en el agua.
La gata está cansada, no quiere pensar. Quiere notar la arena fresca de media tarde bajo sus patas, oler la brisa marina. Quiere que se le contraigan las pupilas bajo la luz de media tarde y, por un rato no ser más que una gata que pasea por la arena, sin ningún otro problema más que evitar ser salpicada por las olas.

2006/07/28

Reflexión a la hora de la siesta en una oficina desierta bajo el efecto de dos vacunas.

Qué fácil podría ser todo. Si quiero A digo A, si quiero B, pido B. Si entendí mal, rectifco, si expliqué mal, aclaro. Si lo que me apetece hacer es C, hago C, y si no quiero hacer D, pues no lo hago. Por qué aguantar a quien no te cae bien o aquien te aburre?
Sin dar vueltas, sin pensar tanto, así y punto. No hay que complicarse. Y las consecuencias, asumirlas. Lo importante es no dejar de hacer por miedo o por lo que dirán, no callar lo que se debe decir.
Qué hay peor que arrepentirse de lo no hecho, lo no dicho? Del quería pero...del tenía que pero...
Y nada de darle vueltas a las cosas, todo directo,un, dos, que se evitan malentendidos.

No debería escribir en estas condiciones, al menos no en público...

La gata trasnocha

La gata trasnocha. La gata se ahueca el pelo, se acicala para pasear por las calles bajo la luna. Se pasea, come algo. Se vuelve a pasear, se sienta a tomar el fresco. La gata se toma una copa con unos amigos y se ríe. Y después de sus aventuras nocturnas, vuelve a casa, desinhibida.
La gata se prepara para ir a dormir. Se acicala, ronronea y se estira, miiiaaauuu, ahora para adelante, ahora para atrás. Ha dejado la tensión abandonada en la calle y se siente relajada. Busca un sitio fresco, el más fresco de la casa, para dormir. Luego mira el cielo estrellado y se enrosca para intentar conciliar el sueño. Pero antes, pone orden a su cabecita algo mareada por una única copa tras una cena ligera. La vergüenza, la timidez y los nervios también se han quedado fuera, en la calle, haciendo compañía a la tensión.
Se despereza y ronronea de nuevo, con el único deseo que mañana su cabeza no sufra las consecuencias de su trasnoche.

2006/07/25

Historias a la carta 1: De gatos y mares

Dió una vuelta en la cama y luego otra. El calor de aquel agosto era el peor que recordaba. Siempre había quien decía haber vivido uno más caluroso, pero Ainoa no recordaba ninguno así desde que su vida estaba a orillas del Mediterráneo. En su infancia, en las playas de su Laredo natal, era distinto: las tardes se cubrían de nubarrones, las noches eran frescas, y el agua del mar fría. Pero de eso hacía mucho tiempo, más de una década.
Desde que vivía en Barcelona las siestas en agosto eran casi imposibles sin sudar, más aún cuando los pensamientos daban vueltas en su cabeza mientras ella se giraba, una y otra vez, entre las sábanas.
En momentos como ese, prefería levantarse, ponerse encima lo más fresco que encontrara y pasear hasta el puerto sobre sus sandalias de plástico. Era un recorrido tranquilo, de poco más de media hora. Solía pasear hasta un espigón y sentarse en unos bancos de piedra a contemplar aquel mar, tan manso para ella, tan distinto de “su mar” , aquél plomizo que, a veces, tanto añoraba. Mientras escuchaba a las gaviotas mezcladas con las voces de la gente que deambulaba por el paseo, se sentía sola y triste. Los treinta le habían caído como una losa, culminando un año poco afortunado, de decepciones, pérdidas y excesos. Mientras repasaba todo aquello que le hacía tan difícil conciliar el sueño un domingo por la tarde, notó algo que rozaba su pierna. Tras el sobresalto, vió a un gato rallado y rollizo que remoloneaba a sus pies. Era uno de tantos gatos callejeros de la zona, de ésos que se buscan la vida como pueden, que comen lo que sea y que se escapan dando saltos de los indeseables que disfrutan quemándoles la cola. Aquél debía saber muy bien cómo sobrevivir dado su cuerpo rechoncho y sus mofletes abultados. Acarició el entrecejo al minino y siguió mirando al horizonte. Pero el gato, no contento con las cuatro carícias que Ainoa le había regalado, se subió al banco de un brico en busca de algún mimo más y algo que comer.
Ainoa no pudo hacer otra cosa que sonreír y acariciarlo de nuevo.
Le recordó a aquél otro, a “Stalin” el gato atigrado de Yulen, el dueño del bar que había en la esquina de su casa en Laredo. Stalin era mofletudo, rechoncho y de largos bigotes. Habían crecido juntos y seguía a Ainoa incluso hasta casa, para el disgusto de su madre.
Fue el confidente de sus más íntimos secretos, el confesor de sus diabluras y el paño de sus lágrimas. No respondía a llamadas y sólo cuando le apetecía se escabullía del bar y seguía a Ainoa. En una ocasión cuando ella tenía catorce años recién cumplidos y el chico de la clase que le gustaba la llamó palillo, la siguió hasta el espigón donde, juntos, contemplaron la puesta de sol. Pasaron horas compartiendo la tragedia. Sólo a la hora de cenar Stalin volvió al bar para que Isa le diera algo de pescado y las sobras de la jornada.
Siguió acariciando al gato callejero mientras pensaba en aquella puesta de sol en Stalin y en los días en Laredo, tan distintos.
A su espalda se oyó un silvido y un -“Bitxu” ven aquí, golfo!, ven con mami-
Y “Bitxu” bajó de un brinco del banco y fue al trote hacia una anciana que sostenía un platiilo de plástico lleno de sobras. A sus pies, otros gatos comían de sendos platillos roídos.
Ainoa se sintió de nuevo sola, de nuevo abandonada por unas sobras, de nuevo triste. Se preguntó si tal vez ella era como aquellos gatos, una superviviente o como la anciana, una alma solitaria que sólo disfrutaba de la compañía de un puñado de felinos. Entre tanto, se hizo de noche y fue hora de volver a casa. Caminó como sonámbula, ensimismada en su situación, en su recién estrenada soltería, en las noches locas de los últimos meses, en la última convención que había organizado. Tal vez fuera el momento de volver a su hogar, a su mar irascible y a las brumas matinales. O tal vez debiera recoger a un gato y cuidarlo, quererlo y acariciarle el entrecejo mientras , juntos, contemplaran la puesta de sol.

(*Esta es la historia en base a las peticiones de Bohemia, Edharris y Trasgu Astur. Hackman, Bruji, las vuestras quedan pendientes ya que me era imposible cuadrarlas con las demás. Os debo un castrati y un muerto respectivamente.)

2006/07/24

Sísifo y las zanjas perversamente keynesianas

Será porque soy de las idiotas que crren en lo qure hacen, de las ingénuas que crren aún en el espíritu de equipo o porque hasta no hace demasiado me tomaba el trabajo con ilusión, lo cierto es que a día de hoy, me siento decepcionada. No es que ahora me entere que las “grandes” compañías lo son precisamente por dejarse el corazón en el power point de bienvenida, no es eso, eso he sabido siempre, pero ahora, tras haber dado lo mejor, tras haberme ilusionado con cada proyecto, aunque me supusiera perder horas de sueño y estrés, al menos, creía en que mi trabajo tenía un objetivo, aunque fuera maquiavélico.
Pero ahora que veo que era como Sísifo, que he sido parte más de un extraño juego keynesiano de hacer zanjas para luego llenarlas con tierra, es en este preciso momento que me planteo si realmente quiero o no ser un peón más en un juego entre niños malcriados, si quiero hacer más zanjas que luego nadie utilizará, si quiero ser un peón y comer a otros peones. Y me da igual si soy un peón, una torre o un álfil, en el fondo, soy una ficha más, aunque las jugadas sean más o menos complejas, soy una ficha más paseando por un tablero. Y si el jugador decide sacrificar precisamente esa ficha, mi ficha? Y si me deja aparcada en la esquina del tablero?
Y mientras, la estupidez humana que llevo dentro, hace que en vez de estar “disfrutando” de la jornada intensiva, esté tecleando esto antes de volver a solucionar marrones antes de las vacaciones.
Eso sí, en cuanto salga, iré a dar un paseo largo entre turistas y obras, bajo el calor de una ciudad pegajosa a ver si recupero la sonrisa, esa que me borran cada mañana cuando entro por la puerta Recursos humanos estarían orgullosos de mí, que intento renacer cada día: “se valorará la capacidad de superar la frustración”, dicen.

2006/07/17

Historia a la carta

Por mucho que intento escribir no puedo. Las ideas se niegan a transformarse en palabras. Me es imposible juntar tres frases decentes o retener las ideas el tiempo suficiente para darles cuerpo en el papel. Tampoco me apetece teclear. Y aunque sé que es cuestión de disciplina, no hay manera. Sólo a estas horas noctámbulas en que hasta cenicienta ha llegado a casa ,consigo poner tres cosas en el diario y con suerte algunas líneas en un post.
Pero hoy me da pereza ponerme a reflexionar, y eso que este fin de semana ha dado para mucho.
Así que haré caso a un amigo y pediré ayuda a quien lea este post para escribir una historia.
Quién ha de ser el protagonista?
Dónde ha de ocurrir?
Un principio?
Un final?
Qué tipo de historia?
Ahora sólo falta que quien pase por aquí quiera jugar. Y cómo? Contestando a tres de las cinco preguntas.

El monasterio de los gatos saltarines


En uno de esos arranques de estrés de “ya no puedo más” solté algo así que me iría a un monasterio en lo alto de una montaña, un lugar en el que nadie me fuera a encontrar. Y como si el destino hubiera tomado nota, me ha ido llevando hacia allí.
Me explico. Este era uno de esos años en que no sabía a dónde ir a desintoxicarme de la rutina en eso que llaman vacaciones. Tras mucho mirar, finalmente el destino ha sido Myanmar. Y sí soy una ignorante qué pasa, porque no me había enterado que Birmania había cambiado de nombre y ahora se llama Myanmar y me tuve que poner a buscar dónde estaba exactamente en el mapa.
Sea como sea, ahora que he navegado por la red y buscado por ahí y comprado la guía, ahora sé que allí hay un monasterio en lo alto de una montaña en el que los monjes se entretienen enseñando a saltar a sus gatos. Estoy por ponerlo como autofirma en el asistente del correo electrónico. Sería algo así: Estaré fuera de la oficina hasta el día X para tal tema contacten con Z y para tal otro con W. Para otros temas pueden contactar conmigo vía paloma mensajera en el monasterio de los gatos saltarines del monte Popa en Myanmar.
Y debajo adjuntaría una foto del sitio.

A todos

* Este fin de semana el amor ha estado presente en la mayoría de conversaciones. He llegado a la conclusión que se va justo de amor. Esta canción de Depeche Mode fue en un tiempo muy especial y define muy bien lo que creo que "ha de ser". Se la dedico a todos los que lo tienen para que lo conserven, a los que lo buscan para que lo encuentren y a los que lo tuvieron porque lo tuvieron y porque, algún día , se vuelva a cruzar en sus vidas.

I want somebody to share
Share the rest of my life
Share my innermost thoughts
Know my intimate details
Someone wholl stand by my side
And give me support
And in return
Shell get my support
She will listen to me
When I want to speak
About the world we live in
And life in general
Though my views may be wrong
They may even be perverted
Shell hear me out
And wont easily be converted
To my way of thinking
In fact shell often disagree
But at the end of it all
She will understand me
Aaaahhhhh....
I want somebody who cares
For me passionately
With every thought and
With every breath
Someone wholl help me see things
In a different light
All the things I detest
I will almost like
I dont want to be tied
To anyones strings
Im carefully trying to steer clear of
Those things
But when Im asleep
I want somebody
Who will put their arms around me
And kiss me tenderly
Though things like this
Make me sick
In a case like thisIll get away with it
Aaaahhhhh....