2010/04/29

Escaque


A veces hace falta abrir los ojos y ver. A veces por mucho que alguien te diga desde fuera que hay algo que no cuadra, a veces, no lo quieres ver. A veces hasta que una pitonisa que conoces en un avión te diga que están jugando contigo tampoco es suficiente para ver lo que no se quiere ver.
A veces se sufre de ceguera voluntaria.
Y entonces el destino, la fuerza, la energía o el nombre que se le quiera dar, se cansa de la propia estupidez y decide ponerlo tan claro que sea imposible negarlo.
Entonces, a veces, el corazón se hace chiquito, los ojos se entristecen y el peso de la decepción vuelve a aparecer. De nuevo. De nuevo una ilusión, de nuevo sis pero nos, de nuevo la sensación de haber puesto esperanzas en quien no se lo merecía, de nuevo esa sensación de haber sido pieza en un tablero de un juego del que se desconocía que se era ficha.
Por suerte, a veces, el destino se apiada de una y da luz cuando la partida acaba de comenzar, sin que los daños hayan sido graves.
Es entonces cuando se le ha de dar gracias a esa energía que parece estar en todas partes por haber evitado daños mayores, por haber mostrado que se era un alfil, una torre o, un simple peón, con el tiempo justo de decidir retirarse de esa partida e irse, como ficha libre, a otros tableros o, mejor aún, a ser jugador y no pieza en cualquier otra parte.
Tocará recuperar la postura de reina, reconstruir la almena de la torre maltrecha, devolverle la coraza al alfil, calmar al caballo que da coces y consolar al pobre peón asustado. Y el rey, ese rey que ha de ser uno mismo volverá a estar seguro, protegido frente a jaques de posibles jugadores, de esos que hacen un rastrero “mate del pastor” y dan mate sin que una se percate.

2010/04/23

Sin espinas

Ya está de nuevo aquí Sant Jordi.
Este año, después de mucho tiempo, me apetece. Tengo ganas de ver las rosas, los libros y la gente. Este año sí, aunque leyendo posts de años anteriores en los que no me apeteció tanto, se me puso un nudo en el estómago.
Sea como sea, parece que este año la rosa viene sin espinas.
Bon Sant Jordi a tots i a totes.

2010/04/08

De vuelta del Caribe

¿Qué se cumplió en este viaje?

1. Desconectar del trabajo y de la rutina en general;
Conseguido. Llegué a casa y no me acordaba del piso en el que vivo, tampoco recordaba mi contraseña del ordenador ni del apellido de un compañero de trabajo…
2. Ordenar mis emociones y dejar de pensar en quienes sólo consiguen liar mi pobre cabecita;
Bastante conseguido, ole ole.
3. Recuperar la perspectiva de humanidad que me da siempre alejarme tantos kilómetros y, sobretodo tanto “en general” de la sociedad en la que vivo.
Siempre me sorprede la calidad humana perdida, aún en un país tan peligroso la gente ha sido encantadora con nosotros.
4. No mirar facebook, ni gmail, ni hotmail, ni ná de ná en tres semanas;
Esto no…Al ser mi único medio de comunicación con el mundo, sí me he conectado alguna vez.
5. Estar sin móvil, sin cobertura, sin msn y chin ná, sin que me importe;
Siiiiii!!!!! Es lo que tiene no llevarse móvil.
6. No comer M and Ms, ni guminolas, ni guarreridas, al menos una vez haya salido del avión;
Esto no. Me compré la bolsita de medio kilo de M&Ms en el aeropuerto y me he matado a tostones (plátano frito) y pirulines (unos barquillos rellenos de chocolate, que, por cierto, también me he traido). No tengo remedio.
7. Aprender de otras culturas;
Mucho, especialmente de los camarocotos (indios de la zona de Canaima) y de la cultura caribeña. También me sorprendió la cultura de los centros comerciales y del carro en Caracas.
8. Disfrutar de los paisajes, especialmente de la selva y de las playas paradisiacas y hacer unas fotos increíbles;
Siiiiiiii!!!!! La selva me maravilló, los tepuy consiguieron que me saltaran las lágrimas y las playas de Los Roques me hicieron sentir en el paraíso.
9. Probar comidas exóticas;
Sip, aunque menos que otras veces. A destacar las barracudas y la parchita.
10. Padecer el síndrome de Stendhal y llorar ante la contemplación de la belleza;
Me pasó al ver Los Roques desde el aire y también el tepuy Roraima al atardecer.
11. Sentirme viva y feliz;
Mucho. Hubo un amanecer junto a un pelícano que nunca olvidaré.
12. Conocer gente interesante;
Sip! Mobma y Tony, los indios camarocotos; Ricado y Maxi, nuestros guías en La Gran Sabana; La señora Calíope; la señora Rosita; el señor Gollo; Mossen-Jones “Xavi”, un cura que trabaja en plena selva; Manolo el taxista gallego…
13. Escribir algo, aunque sea poco, sin que sea fruto de la rutina, la tristeza, la decepción y los malos rollos;
Me llevé mi diario de viaje de nuevo y algo escribí.
14. Estar en una isla desierta;
Siiiii, en los callos de Los Roques.
15. Tocar, o al menos, ver; delfines y perezosos.
Vi delfines de río, los de mar no hubo suerte.
16. Librarme de las picaduras de bichos varios especialmente los mosquitos que transmiten la malaria y de los puri-puri, que en la guía no paran de advertirme.
Me maté a vitamina B12 y la verdad es que me picaron muy pocos, a diferencia de a los demás.
17. Ponerme morena, muy, muy, muy morena;
Pues bastante. Allí pensaba que sólo tenía colorcillo pero hoy al verme al lado del resto de humanidad me veo negra.
18. No machacarme el tobillo;
Conseguido, aunque me pegué un guarrazo y tengo las rodillas destrozadas.
19. Hacer realidad el sueño de ver el Salto del Angel;
Siiiiiii!!!!!! No pudimos remontarlo por falta de agua pero sí había la suficiente para que me impresionara al sobrevolarlo.
20. Bailar en el Caribe;
También! En la playa, en Caracas, en la Gran Sabana, en Río Caribe…Los lugareños bailan muy diferente a lo que se aprende en las academias.
21. Mantener mi peso y ponerme algo más fuerte.
Lo primero sí, lo segundo…va a ser que no…

Se cumplieron bastantes esta vez. ¿Cuál será el próximo viaje?