2010/04/29

Escaque


A veces hace falta abrir los ojos y ver. A veces por mucho que alguien te diga desde fuera que hay algo que no cuadra, a veces, no lo quieres ver. A veces hasta que una pitonisa que conoces en un avión te diga que están jugando contigo tampoco es suficiente para ver lo que no se quiere ver.
A veces se sufre de ceguera voluntaria.
Y entonces el destino, la fuerza, la energía o el nombre que se le quiera dar, se cansa de la propia estupidez y decide ponerlo tan claro que sea imposible negarlo.
Entonces, a veces, el corazón se hace chiquito, los ojos se entristecen y el peso de la decepción vuelve a aparecer. De nuevo. De nuevo una ilusión, de nuevo sis pero nos, de nuevo la sensación de haber puesto esperanzas en quien no se lo merecía, de nuevo esa sensación de haber sido pieza en un tablero de un juego del que se desconocía que se era ficha.
Por suerte, a veces, el destino se apiada de una y da luz cuando la partida acaba de comenzar, sin que los daños hayan sido graves.
Es entonces cuando se le ha de dar gracias a esa energía que parece estar en todas partes por haber evitado daños mayores, por haber mostrado que se era un alfil, una torre o, un simple peón, con el tiempo justo de decidir retirarse de esa partida e irse, como ficha libre, a otros tableros o, mejor aún, a ser jugador y no pieza en cualquier otra parte.
Tocará recuperar la postura de reina, reconstruir la almena de la torre maltrecha, devolverle la coraza al alfil, calmar al caballo que da coces y consolar al pobre peón asustado. Y el rey, ese rey que ha de ser uno mismo volverá a estar seguro, protegido frente a jaques de posibles jugadores, de esos que hacen un rastrero “mate del pastor” y dan mate sin que una se percate.

6 comentarios:

el nom de la rosa dijo...

La lucidez, esa palabra que ilumina las situaciones más embrolladas, permite las mejores decisiones. Lo demás es valentía, levantarse de la partida e irse.

blondie dijo...

totalmente de acuerdo reveuse; fuerza y coraje para ser lúcida y valiente y para llevar las riendas de una misma, aunque cueste y duela; eso hce tb que valoremos y disfrutemos más de las cosas buenas
fuerte abrazo

xnem dijo...

Tiene usted que informarse sobre el tarot de Marsella.

No hace falta ser pitonisa, solo alejarse un poco de las cosas y ver lo pequeñas y claras que se nos aparecen.

la gata dijo...

Valor...gran palabra...bueno, es evidencia y ante tal, ser coherente.
Gracias chicas.
X...pues no sé...la verdad es que me ha sonado a jabón por lo de Marsella;-) La pitonisa sólo me dio la mano.

Gata dijo...

Me ha gustado mucho tu entrada... y me he sentido muy identificada. Sí, a veces no queremos ver lo que es evidente, no queremos quitarnos la venda... pero siempre hay algo, alguna señal, que a poco atentos que estemos, nos da la clave.

A veces, es demasiado tarde, pero otras, afortunadamente, llega a tiempo de que se produzcan males mayores. Lo mejor es reaccionar antes del jaque mate.

Me ha encantado el símil con una partida de ajedrez. ;)

Besos

la gata dijo...

Gracias gatilla!!!! Si, las señales a veces es duro aceptarlas, pero bueno...
Me paso y te leo tb.
Un ronroneo