2007/06/29

La pista me llama

No estoy muy inspirada para escribir así que ahi va uno de esos bailecitos de ooooohhhhh! que ahora visto no es difícil. Además me empiezo a sentir identificada con la cultura de pista, look at me I am a dancing queen, después de ir a según a qué local y conocer a la gente.
Es otro recuerdo de infancia, cuando mi hermana, cruel, me hacía recitar los nombres de los Bee Gees...
Bueno, pues voy a arreglarme que se me hace tarde.
Que lo disfruten.

2007/06/27

Aquellos ojos verdes

Salí del trabajo, atípicamente pronto. Paseaba por el centro de la ciudad, sin prisa, sorteando turistas y disfrutando del sol de media tarde. Al rato, empecé a oir música. Era música cunbana en medio de Barcelona. Allí estaban, tres músicos interpretando "Aquellos ojos verdes", uno de mis boleros favoritos. Me he quedado escuchando,como tantos otros transeúntes. En un momento, una pareja de jubilados, ha empezado a bailar, así, sin más, en medio de la calle, frente a los músicos, en medio del círculo de gente. Los he envidiado. Me habría encantado ser esa abuelita bailando en medio de la calle una canción preciosa. Era un baile sencillo un "agarrao" de toda la vida, pero con una ternura infinita. He vuelto a envidiar a la abuelita. Al acabar la canción los que formábamos el círculo hemos aplaudido.
Los músicos han empezado a tocar una salsa, pero ya se me hacía tarde, los abuelitos no estaban y se me iban los pies. Era el momento de irse.

Ahí va un video de "Carta de una mujer desconocida", una película que fui a ver sólo porque la banda sonora estaba prácticamente entera basada en versiones de esta canción, especialmente la mítica cantada por Nat King Cole que pone música a las imágenes de este "youtube".

2007/06/26

Amanecer con olor a pólvora

Era otro amanecer tras una noche sin dormir, una vuelta a casa por la playa, con los zapatos de tacón en la mano, el pelo enmarañado y olor a pólvora en el ambiente. Se oyen las gaviotas que se desperezan, las olas y la brisa, que le eriza la piel.
Había sido una noche memorable, de risas, fiesta, bailes, conversaciones bajo las estrellas, cava, coca y fuegos artificiales, de esas que se recuerdan durante años y que siempre arrancarán una sonrisa de los que la vivieron.
Miraba al suelo, luego al horizonte. Se paró, cerró los ojos e inspiró ese aroma a verbena mezclado con sal marina.
Siguió su camino con paso lento porque no quería que aquella noche se acabara. Había sido perfecta. Se paró de nuevo. Tal vez había sido casi perfecta. Sonrió para si y reinició su camino mientras las olas y las gaviotas ponían música a sus recuerdos.

2007/06/24

Recuerdos 2: Capitán Harlock

Siguiendo con el baúl de los recuerdos, uuuu,uuuuu! Me he encontrado el principio de una de mis series preferidas con 10 o 12 años, tal vez. Creo que fue el primer freakie que me gustó, el capitán Harlock. Supongo que era premonitorio o significativo, por lo menos.

Recuerdos: Fly

Sin causa aparente a veces los recuerdos, se manifiestan así, sin más y zas! dicen hola! en una conversación. A veces son recuerdos de la adolescencia y otras de la infancia más tierna. la otra noche le tocó a la época, que, con ocho o diez años, todo lo más, me obsesioné con los aviones. Tenía un libro de la editorial Molino, que no sé si aún existe, que explicaba la historia de la aviación, la evolución, la"actualidad" de aquellos primeros ochenta, claro, las compañías aerias, los distintos modelos de aviones comerciales, incluso un reactor que sobrepasaba la barrera del sonido. me encantaba ese libro. Era la época en que quería ser piloto de aviación, creo que antes de querer ser punk, o tal vez fue después, pero eso ya lo explicaré en otro post.
Recordé cuando, de pequeña, ir a buscar a alguien al aeropuerto era un acontecimiento, pporque no había fingers y si una terraza donde se podían ver despegar los aviones y quedarse medio sorda por el ruido. me veo a mi misma, de la mano de mi padre, mirando este u otro avión y preguntando, como siempre, demasiado, para variar, sobre todo.
Pero saber que un piloto no puede llevar gafas, que en aquella época se tenía que ir al ejército para ser piloto, o por ves a saber qué, aquella obsesión dejo paso a otras, o, al menos perdió intensidad. Eso sí, siempre me ha quedado ese "gustillo" por los aviones y ese disfrutar en el despegue y el aterrizaje que tanto pánico da a otros. Aún hoy, desde una terminal cualquiera, me gusta ver a esos pájaros enormes que me maravillan en cada despegue. Supongo q esa niña que quería ser piloto, sigue ahí.

2007/06/21

Una buena mañana

Una buena mañana. Hoy ha empezado bien: es jueves, es decir, se acerca el fin de semana, iré a bailar, también por ser jueves, me he levantado lo suficientemente pronto como para no llegar tarde al trabajo.
Lo raro del caso es que hoy, a diferencia de otros días, al llegar al trabajo no se ha estropeado la jornada. Qué ha habido de distinto hoy? Pues que hoy he aprendido una cantidad considerable de cosas. Me han pasado otra parte de otro sistema a desarrollar. hoy me explicaban la estructura. Y lo que podría haber sido una tediosa reunión de trabajo, ha sido un intercambio dinámico de impresiones y un aprender a hacer, a crear. Y mientras estaba allí he pensado, “oye te lo estás pasando bien” y , tras mucho tiempo, me he sentido, por un momento, bien en el trabajo.
He recordado qué me enganchó a mi actual puesto y por qué aún no me he puesto a buscar otra cosa en serio: Me gusta aprender y crear y, de vez en cuando vale la pena.
No hay quien me entienda....Qué le voy a hacer si aprender me engancha....

2007/06/20

Sensualidad, duende o descubriendo la sopa de ajo desde platea

Ultimamente he tenido la oportunidad de ver algunos espectáculos que ma han dado que pensar. La culpa fue de una bailarina, o mejor dicho, de dos. Y reflexioné sobre los paralelismos entre diferentes bailes puramente femeninos y el "duende".
En un fin de semana, he podido disfrutar de la actuación de una bailarina de danza del vientre y otra de flamenco. Si bien es evidente la existencia de la influencia moruna en el flamenco, y que , por tanto ambos bailes se parecen, cómo explicaría las similitudes con oriente, con los bailes de la India , Japón, Tailandia o Birmania?
Pero lo cierto es que las similitudes ahí estaban, en mis narices. Los movimientos de manos, de muñecas, de caderas, los juegos con el vestido o algún accesorio, como un abanico. Esa sensualidad, las miradas, la cabeza, el contoneo, todo juegos para seducir o para entretener. Dando un vistazo al público era evidente, para quién estaba dirijido el entretenimiento. Intenté buscar algún baile insinuante masculino pero no lo encontré: o son danzas de guerra, de victoria o místicas , como la de los hombre que dan vueltas y vueltas en Turquía. Definitivamente la tradición era que la mujer entretiene y el hombre se deja.
Sé que no descubro la sopa de ajo, que ya se sabe, tampoco pretendía dar lecciones a nadie, pero mira, caí entonces, es lo que tiene, mientras miraba a aquella chica con moño y bata de cola y recordaba a la bailarina del día anterior con sus velos o a la chica en aquel teatrillo de Mandalay.
Mientras estaba en éstas, indignada por el machismo que ha dominado cualquier aspecto de la vida, incluyendo mi adorado baile (lo de ser mandadas en los bailes de pareja, ya para qué comentarlo), miré a una de las chicas "del coro", de las que estaban en segundo plano tras la flamenca.
Aquella niña, porque era una cría, tal vez no tuviera la técnica de la bailarina principal, ni su figura,pero tenía "arte", tenía el "duende" que a la otra le faltaba. Disfrutaba con lo que hacía y se le notaba, se la veía de movimiento auténtico, de corazón y no pura pose. Definitivamente me gustó más, aunque no fuera la esvelta gitana del centro y no mirara con cara de pocos amigos al público.
Algo similar me había pasado el día anterior con la de la danza del vientre. Bailaba bien, pero faltaba algo, el algo que ni se compra ni se vende, que no se aprende, que se tiene, o no, le faltaba el fondo, el espíritu, el alma.
Esa es la gran diferencia (como veis sigo descubriendo la sopa de ajo).
Hice un rápido repaso de artistas que hubiera visto con ese punto que hace que un baile pase de bueno a mágico: Barisnikov, Cortés, Frankie Martinez, la chica del teatrillo en Mandalay, Merche Esmeralda... Esta última, combina los dos descubrimientos, la sensualidad de su baile y aquel no sé qué a cada movimiento de su cuerpo, con aquel vestido que parecía una parte más de ella misma, que la seguía sin pedírselo, magnífica, serena y fuerte. Pensé en por qué unos, por muchas horas y técnica esquisita llegarán lejos pero no serán mágicos.
Ese no se qué inato que comunica, sin ser perfecto, como la niña del coro, aquélla que, para mi disgusto, estaba en segundo plano, mientras la otra chica bailaba. Y me salió la vena bruja y criticona y defensora del desfavorecido y pensé que aquella profesora que puso a una en el coro en vez de a la otra sólo vió los pasos que les enseñaba y no el potencial y deseé que algún día, aquella niña de al fondo a la izquierda llegara lejos.

2007/06/16

Post 2: Hoy hace día de...

Se desperezó. El día era gris, frío y triste. Caía, incluso, alguna gota de lluvia despistada. Así que cambió sus planes de ir al gimnasio por el de hacer el zángano en la cama. Se hizo la una del mediodía sin que hubiera hecho nada más que abrir un ojo de vez en cuando y darle un vistazo al reloj.
No hacía día de nada o de casi nada. Hacía día de pasarlo en la cama acompañado, de practicar sexo y levantarse sólo para comer. Se desperezó y se rascó la cara que le picaba un poco por la barba que empezaba a asomar.
Estiró un brazo para alcanzar el mando a distancia del equipo de música. Pulsó "play" sin saber muy bien qué es lo que iba a sonar. Y empezaron a desfilar las notas de una bachata. Hacía día de disfrutar en la cama, así que se dio ese placer que no consolaba pero que mataba el hambre, aunque fuera a solas.

Post 1:Primer post extremadamente personal

Estoy nerviosa, de hecho llevo días, nerviosa y frágil. Las razones, varias. Una de ellas, parecerá ridícula, es que esta tarde iré al pueblo donde vive mi ex. Tengo tendencia a encontrarme a gente por la calle y por todos sitios y no me apetece encontrármelo. Desde que lo dejamos me lo he encontrado otras veces, incluso acompañado así que no debería estar nerviosa, pero por alguna sensación extraña, llevo días atacada y paranoica. Siempre todo lo relacionado con él ha estado marcado por coincidencias extrañas, presentimientos, corazonadas y sensaciones.
Así que algo hoy me tiene alerta, me tiene en alerta hace días.
Tal vez es porque es "el ex" por excelencia, porque en su momento creí que era para toda la vida o porque la única vez que he tenido instinto maternal fue con un niño enbrazos en su presencia, o porque la decepción fue demasiado grande pero no me apetece que vuelva a asomarse a mi vida, ni de refilón.
Es duro haber encontrado a alguien que cumpliera todo lo que dice esta canción y que no funcionara.
Así que de nuevo hago referencia a este Somebody del que por fin he encontrado el video original porque en un tiempo encontré a esa persona con la que lo podía compartir y decir todo con una mirada y tres palabras.
A veces me pregunto si eso puede pasar unaa segunda vez en la vida. Ojalá sea así.

2007/06/15

Y tú que interpretas?



De un paralelismo entre la interpretación de un cuadro y la de situaciones cotidianas, del arte figurativo, las vanguardias y la abstracción, surgió el otro día, entre broma y broma, el debate sobre lo que pretendía el artista con su obra.. De las fantásticas clases de arte que disfruté ya hace demasiados años como para confesarlos, recuerdo las diferentes funciones del arte, el valor de las obras y los objetivos de las mismas en si. Las obras que buscan la representación de la realidad, las más figurativas, más simbólicas como el románico, las obras que quieren provocar, el arte por el arte, la obra por la obra.
Recordaba aquella evolución en la técnica, el perfeccionamiento de la representación por un lado desde las figuras representadas de perfil del antiguo Egipto hasta a aquella “Coronación de Josefina” de Delacroix. Pero dónde llega la máxima expresión de la plasmación de la realidad en una imagen? Cuando se consigue incluso plasmar la textura y todo detalle? O con la fotografía.?
Así empezaba la explicación de mi profesora para hablarnos de la iconografía, de todo símbolo en la pintura, los matices. Y tras hacer un paseo por la historia del arte de su mano, se paraba en las vanguardias, en el momento en que tras la perfección pasa a ser más importante la obra en si que lo que representa: la fragmentación , “la desconstrucción”, o la materia en si.
Ese mismo paseo hice, hace un tiempo con unos amigos en una sala del Guggenheim de Bilbao en la que aparecían distintas pinturas de las primeras vanguardias hasta llegar a un dripping de Pollock y al “Negro sobre blanco” de Malevich. Aunque ahora me leo y veo una escena de una de esas pelis romanticonas tontas, la de “La sonrisa de la Mona Lisa” , y no querría caer en una explicación simplista y seguramente insuficiente e inexacta, más aún cuando sé que por este blog se pasa a veces gente que de arte sabe un rato largo.
El caso es que aquel recorrido rápido siempre me ha fascinado, más aún cuando el valor de la obra, por el mero hecho de serlo, o por seguir una teoría, un manifiesto, por ser del artista llega a aquel sumum provocador de Manzoni, a su “Mierda de artista”. Me encanta ese guiño suyo como diciendo un “ahora qué interpretáis de esto, ahora lo valorareis también?”.
Así que la valoración de la obra por lo que representa, por lo que es o por lo que sugiere al espectador se combinan. Cuál es la que tiene más valor, cuál es la buena? Cuál es la que tiene más valor, nunca mejor dicho? La visión de la perfección de la ejecución, la materia?
Pero mi profesora, magnífica, no contenta con dejarnos con esas preguntas, esas dudas, nos planteaba hasta qué punto un cuadro figurativo no era interpretable. Realmente no había una intencionalidad, posiblemente doble, triple o cuádruple en retratos incluso, como en aquéllos de Velázquez del Conde-Duque más famoso, sobre un enorme caballo, dominándolo con bravura?
O qué se puede decir de los paisajes románticos de Friedrich, con sus protagonistas de espaldas perdidos?
Pues ahí lo dejo, para el fin de semana.
Me encantaría que los que saben y a veces pasan por aquí dejaran un comentario de experto/a a este post de aficionada que se escaquea en un viernes por la mañana.

2007/06/13

La calle del gato

Cuando quiero pensar, templar los nervios o simplemente airearme, camino. En una de ocasiones, al salir del trabajo, fui hacia el centro, algo ausente y dando algún que otro vistazo a alguna tienda. La ruta suele ser siempre bastante parecida: del mar a Santa Maria, de allí a la plaza Sant Jaume y, callejeando, hasta plaza Cataluña. El otro día ese vagar por callejas me llevó a pasar por una de mis calles preferidas, la calle del gato. Este no es el nombre de la calle en sí, de hecho, el nombre oficial es “Banys Nous”, pero para mí es la calle del gato.
Y por qué? Por qué no la calle del perro o del periquito?
Pues porque en aquella calle hay un gato al que le tengo especial cariño.
Allí, entre tiendas de anticuarios, de diseño y una churrería, hay una librería de antiguo en la que se pueden encontrar mil curiosidades de todas las épocas: desde mapas a tebeos, pasando por primeras ediciones y lo más curioso de todo, un gato.
El felino es un gato gordo, blanco a manchas atigradas que duerme encima de los libros o en el escaparate apoyado sobre el pie de una lámpara art decó. No es un gato especialmente simpático. De hecho pasa de todo y mira con cara de “no molesten” a todo aquel que le dice algo. Pero me cae bien, con ese aire pasota y holgazán de gato culto. Así que siempre que paso por esa librería miro si está, me paro un minuto y sonrío al ver su pose grosera.
Lo descubrí hará ya unos ocho o nueve años, cuando trabajaba en el hotel y subía andando hasta Paseo de Gracia para ir a comer a casa antes de correr hacia a la facultad. Una mañana, de esas, probablemente soleada, pasé por aquella calle y algo se movió en el escaparate de la librería. Era el gato, que, ya por entonces, era gordo y distante. Piqué en el cristal con la esperanza que mirara. Me ignoró. Volví a picar. Abrió un ojo, me dedicó una de sus miradas de “no molesten” y escondió las patas bajo su pechera blanca.
Y desde entonces, cada vez que paso por la librería, miro si lo veo y sonrío cuando descubro sus bigotes entre los libros.
Si bien ahora no paso ni mucho menos tanto por allí como entonces, en las últimas ocasiones no lo había visto. Pensé incluso que había muerto. Pero el otro día allí estaba, sobre un cajón lleno de libros allí a fuera, en la calle. Me paré y le rasqué tras una oreja. Abrió un ojo y me miró con esa mirada suya. Mensaje captado. Sonreí y seguí mi camino. Recordé algunos de esos otros paseos, en otros tiempos, en los que me había parado también, en momentos más alegres unos que otros, sola o acompañada. Me pregunto qué tendrá ese gato algo rancio que siempre consigue que sonría.

2007/06/10

Post 2: Te gusta conducir?

Amanecía a su espalda. Veia salir el sol por el retrovisor mientras conducía por la autopista vacía. En el horizonte se intuían las montañas y alguna nuve tímida en un cielo que empezaba a ser azul tras dejar atrás la luz roja del amanecer.
Sonaba una canción de Coldplay. No se oía nada más que el motor del coche que circulaba a gran velocidad y la música.
Conducía concentrado en la carretera, en cada curva, en las salidas que tomar. Aunque en su cabeza rondaba algún que otro pensamiento, alguna reflexíon, alguna duda, y uno u otro plan.
Disfrutaba al volante. Le gustaba conducir, más aún así, sin atascos, con aquella luz y buena música. Le daba que pensar a la vez que le relajaba.
Esos momentos le permitián analizar problemas y dudas, le servían para aclararse.
Llegaba a la salida de la autopista para dirigirse a su casa. Se puso en el carril de la derecha para tomar la salida. Pero dudó. Finalmente siguió conduciendo por la autopista, esta vez sin rumbo. Ahora no tenía más que pensar en sus cosas.
condujo durante más de una hora hacia cualquier sitio, con buena música y sin casi coches en la carretera, mientras en su cabeza se agolpaban las ideas y las situaciones. Pero por fin paró. Dió media vuelta y se dirigió a casa.

Post 1:post interactivo

Cada vez tengo más la sensación queeste blog tiene más lectores "en la sombra" que que den la cara. Me encantaría que todos aquellos que pasan por aquí de vez en cuando dejaran un comentario. Así que insto a que los "ocultos" se manifiesten. Que todo aquel que lea este post ponga un coemntario, aunque sea un "hola!"
qué me decís? Vaaaa...venga...hacedme feliz. Tampoco cuesta tanto.

2007/06/08

Golosa

Paseaba por la calle distraida, pero con paso firme, sin detenerse en nada. No quería que nada la distrajera de su camino. Tenía prisa. Sin darse cuenta, pisó un chicle.
Maldijo al chicle y a quien lo tiró al suelo y buscó un pañuelo de papel en el bolso. Se apoyó en un escaparate con una mano mientras la otra, armada con el pañuelo, desenganchaba el chicle de la suela del zapato. No se había fijado en lo que se mostraba en el escaparate. Levantó la vista y lo vio. Estaba allí, tras la vitrina. Era un pastel de chocolate abultado, con ondas de nata de crema y virutas de chocolate negro. No podía dejar de mirarlo. Se le hizo la boca agua como al perro de Paulov. Siguió mirando un buen rato tras el cristal. Era el pecado perfecto.
Pero sabía que no podía alcanzarlo. Sabía que, por mucho que mirara, aquel placer de chocolate y crema no acabaría en su paladar. Era alérgica al chocolate, muy a su pesar. Le encantaba pero no podía probarlo. Así que desvió la mirada hacia los otros pasteles: uno de limón, otro de nata...Pero no era lo mismo, no eran perfectos. Hizo amago de entrar en la pastelería pero, ya en la puerta se detuvo, dio media vuelta y se fue. Así que, aún con el pañuelo de papel en la mano, aceleró el paso y siguió su camino. En una papelera, tiró el pañuelo. Caminaba de nuevo a toda prisa.

2007/06/05

El Sandy de fresa

Ayer, como quien no quiere la cosa, sin comerlo ni beberlo, me encontré con un Sandy de fresa entre las manos. Hacía años ,creo, que no iba a un restaurante de comida rápida única y exclusivamente para comerme uno. Pero apetecía. Puro capricho, montones de calorías ahí, el sirope de fresa, la vainilla cremosa y, como novedad, minilacasitos por encima de todo ello. Puro vicio.
Qué sensación! La cucharilla de plástico se hundía en el helado. Cazaba algún lacasito y ummm! para dentro. Delicioso.
Y me vi hace quizás más de 15 años, haciendo lo mismo, saboreando un Sandy igual que aquel pero sin lacasitos, en la mesa del fondo del Burger King que había en Paseo de Gracia, esquina calle Caspe. Me veía quinceañera o treceañera incluso, con las amigas, a carcajada limpia, hablando de temas infinitamente más inocentes de los propios de los adolescentes de hoy, y con alguna conversación subida de tono más basada en habladurías e hipótesis que en realidades. Me veía en aquel grupo exclusivamente de niñas, porque no existían los chicos más que en esas habladurías, en otro mundo, en el que un “hola” dicho por un muchacho imberbe daba para horas de debate. Eran tiempos en que tener un amigo era impensable, porque eso te habían , nos habían inculcado, a golpe de uniforme.
Y ayer volvía a ser un poquito adolescente, aunque esta vez la conversación fuera de experiencias reales, muy reales, tal vez demasiado incluso, aunque fueran temas de mayores, y quien tenía delante fuera un amigo, tras haber descubierto, que sí, que se pueden tener amigos, que no muerden y que es fantástico ver el otro lado de las relaciones de pareja . Pero ahí estaba mi Sandy cremoso, y alguna risa “quita-hierro”. Ahí estaba el “me dejas probar?” y ese ummm! que se me escapaba de tanto en tanto al comerme una cucharada de ese “pecado-en-vaso-de-plástico”. Y me di cuenta que el Sandy era el mismo pero que, la que había cambiado era yo, y mucho, y que a aquella adolescente de colegio de monjas ya no era tal. Qué bien me habría ido que alguien me explicara entonces que todo aquello que nos metían en la cabeza eran sandeces. La de tonterías y dolores de cabeza me habría ahorrado que me lo explicaran y no tener que descubrirlo por mi misma.