2009/08/15

Pinceladas



La luz de la mañana se colaba entre las cortinas, suave, silenciosa, y se posaba sobre su piel blanca, aterciopelada, casi translúcida, mientras sus pendientes desprendían leves destellos que se reflejaban en las sedas malvas del edredón.
Contemplarla era un espectáculo, un placer que él saboreaba como si se tratara de un manjar exquisito.
No podía dejar de mirarla.
-Así estás perfecta, no te muevas – dijo mientras agarraba uno de sus pinceles.
Ella sonrió girando levemente la cabeza para volver a la postura original y quedarse allí, recostada e inmóvil
Cada pincelada era para él como una caricia, como si cada una de las cerdas de su pincel fueran sus dedos. Casi podía sentir el vello de ella erizándose al deslizar el pincel por el lienzo.
Mientras perfilaba aquellas curvas perfectas sentía cómo deseaba a aquella mujer, a su mujer. Aquellas caderas, su minúscula cintura, sus piernas interminables, su nuca.
El sol estaba cada vez más alto y empezó a deslumbrarle.
-Lo dejamos por hoy Clotilde.
Ella se giró y sonrió. Se recostó sobre la cama y le dijo casi en susurros –Anda, ven-.
Quién podría resistirse a aquella piel bajo el sol de la mañana, sobre las sedas malvas.

Hace poco pude contemplar un maravilloso cuadro de Sorolla, un desnudo de su mujer, que era además un homenaje a la Venus del espejo de Velásquez.
El cuadro me impactó por su belleza, delicadeza, por su luz, por supuesto y porque se podía ver el amor que profería Sorolla a su mujer.
Y envidié a Clotilde.Juzguen por sí mismos.



2009/08/09

A mis Bambis



Creo en las sensaciones. Creo en esa primera impresión que te da alguien cuando lo conoces. Creo en esa vocecita interior que da la alarma a veces. Creo en la luz que desprenden algunas personas.
A veces he desoído ese aviso y el tiempo me ha demostrado que debería seguir mi instinto, ese mismo tiempo que ha hecho que vea brillar la luz de esas personas especiales que he conocido en la vida y que me han marcado.
Y es que si bien hay personas de las que uno se ha de alejar, hay otras que tienen ese algo especial que no se sabe qué es pero que simplemente, lo tienen.
Puede ser en cualquier situación, en cualquier momento, en cualquier lugar, porque la luz no entiende de coordenadas.
No hace mucho me preguntaron por qué alguien es especial. Sólo se me ocurrió el poco original “simplemente lo es”. Tal vez la inteligencia, la bondad, la alegría, no lo sé, tal vez sea todo un poco.
Será por mi carácter un tanto extremo, ése que no me deja hacer las cosas a medias, que no me deja querer a medias, ni dar a medias, que cuando conozco a una de esas personas “con luz” me siento en la necesidad de quererla, de cuidarla, de hacerla feliz.
Será por eso que cualquier rato con esas personas maravillosas tiene un valor incalculable.
Será por eso que cuando me he de alejar de esas personas especiales, de uno de mis “tesoros de carne y hueso” , ya sea familia o amigos, se me parte un poquito el alma y me queda un pequeño vacío entre la aurícula y el ventrículo (más si la luna esta “casi” llena y mis hormonas están de fiesta periódica).
Pero sea como sea, me siento especialmente feliz de descubrir a esas personas maravillosas, de dejarlas entrar en mi vida, de compartir con ellas, aunque sea por un tiempo a veces limitado, aunque sea difícil volverse a ver. Sea como sea siempre tendrán ese “reservado” en mi corazón.

Este post se lo dedico a mis Bambis, que han sido todo un hallazgo, especialmente a quien que se coló en este alma de Gata a golpe de sonrisa. Espero conservaros, aún en la distancia.