Una de mis listas favoritas es la de objetivos del curso, ésa que me hago en septiembre, tras las vacaciones o en mi cumpleaños. En ella está aquello en lo que me quiero centrar ese año lectivo. Lo mismo pasa con la revisión anual septembrina. ¿Qué tal fue el año? ¿Qué mejorar?
Pues bien, estaba revisando los posts cumpleañeros publicados en años anteriores y he visto algún que otro objetivo, sensaciones y recuerdos para los que quiero y para los que simplemente, se fueron de mi vida.
Me ha parecido muy apropiada esta última parte ya que este ha
sido un año de despedidas, algunas de ellas muy duras. Hoy, en unas horas será el
último adiós de este curso, triste regalo de cumpleaños.
También faltarán algunas llamadas, para siempre.
Si una cosa aprendí este año es que se ha de disfrutar de los
momentos, de los pequeños espacios de tiempo que compartimos con las personas,
que dejar para otro día algo, que no decir algo bonito toca, que pensar aquello
de “ya lo haremos”, que temperar la intensidad de las sensaciones pueden suponer
que nunca compartamos ese instante.
En definitiva, un carpe diem personal.
En uno de esos posts recordaba la felicitación de alguien que
se fue para siempre este año y de quien ni siquiera pude despedirme. Me decía "No
pierdas ni un solo minuto en no ser feliz". Pues bien, añadiría a esta frase
“ni en quien no te hace sentir bien”.
Mejor aún, haciendo caso de los consejos de coacher, positivaría
la frase:
“Se feliz cada minuto y compártelos con quien merece la pena”.
Definitivamente me parece un buen propósito para este año. Lo
apunto como el primero de la lista.