2006/12/08

Una lágrima por Picasso

El otro día paseaba por Madrid. Habían pasado muchos años, casi una década, desde la última visita a la ciudad y las cosas, la vida, habían cambiado muchísimo: de los viajes en tren al puente aéreo, de la pensión al hotel de cuatro estrellas, de las juergas previas a una competición a los paseos solitarios tras una jornada de trabajo. Y aún así quise hacer algo que se pareciera a lo que me gustaba hacer entonces. Quise hacer el turista, pasearme por las calles adornadas con las luces de Navidad (la Castellana está preciosa) y ver alguna exposición. Resulto que el Reina Sofía cierra inusualmente tarde -a las 21 horas-. Nunca lo había visitado así que me pareció una buena opción antes de volver al hotel. He de reconocer que al principio me decepcionó un poco, tal vez porque empecé la exposición en sentido inverso para escaparme de un grupo que entró justo antes que yo. Me paseé por pasillos amplísimos, prácticamente sola, parándome ante un Barceló o un Dalí o contemplando alguna de las esculturas de Grgallo o Chillida. Y sin darme cuentra me encontré en una sala amplia y allí estaba el Guernika. No me lo esperaba y fue zas! una sacudida. Se me puso la piel de gallina, abrí la boca y los ojos como platos. Me volvió a pasar, como frente a los Burgueses de Calais, La escuela de Atenas, el David o la Saint Chapelle, se me volvió a escapar una lágrima. Nada tenía que ver aquel cuadro inmenso con lo estudiado de él en COU. Esa sensación no se puede describir en el comentario de una obra. Eso sólo se puede sentir frente a la obra de un genio. No sé cuanto rato pasé allí, plantada como una col mirando cada detalle y cada esquina. Recordaba con extraña exactitud las palabras de aquella magnífica profesora de arte del colegio y sólo podía mover la cabeza, asintiendo. Pero ahora esas palabras tenían muchísimo más sentido. Sin duda el arte es una de esas materias que se han de aprender "en campo" porque en una diapositiva esa sensación no existe. Recordé también un par de exposiciones temporales del museo Picasso por las que pasé este año. Veia aquellas series de cuadros de payasos y personajes circenses, recordé las esculturas y las fotos del pintor. Y pensé en una conversación mantenida con una amiga. Picasso siempre estaba rodeado de mujeres hermosas. Quién no caería a los pies de un hombre de mirada fiera capaz de transmitir y de crear de aquella manera? Aquel talento hacía que las mujeres se olvidaran de todo y aceptaran pertenecer a aquel "harén" con tal de compartir algunos momentos con él. Me planteé si me habría enamorado de Picasso. No tengo respuesta.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

(ya lo dijo Rafael Alberti...)

Los ojos de Picasso

Siempre es todo ojos.
No te quita ojos.
Se como las palabras con los ojos.
Es el siete ojos.
Es el cien mil ojos en dos ojos.
El gran mirón
como un botón marrón
y otro botón.
El ojo de la cerradura
por el que se ve la pintura.
El que te abre bien los ojos
cuando te muerde con los ojos.
El ojo de la aguja
que sólo ensarta cuando dibuja.
El que te clava con los ojos
en un abrir y cerrar de ojos.

(Fragmento)

Rafael Alberti

Anónimo dijo...

Recuerdo que en una entrevista le preguntaron a Paloma Picasso si era difícil ser la hija de un genio. Y ella respondió que no, que era más difícil ser la mujer de un genio...

marga dijo...

Lo primero, gracias por la visita!! Y ahora te comento el post:(que forzado queda ahora con estos dos puntos ¿no?)

Pues eso, que totalmente de acuerdo, muchas veces las fotos no hacen justicia a las obras de arte, aunque otras veces son las propias obras las que te dejan "nifunifá" porque te esperabas más de ellas.

Las que más me han impactado: el Guernica, los fusilamientos de Goya, la capilla sixtina, la victoria de samotracia, los relieves asirios del museo británico, los frescos de Giotto... y mejor cierro el pico ya, que tengo una peligrosa tendencia a ponerme en plan pedante asqueroso.

P.D. Y la que me dejó más fría... la Gioconda (vaya birria de cuadro).

la gata dijo...

Revêuse y Bruji ya veo que coincidimos.
Perl a mí también me dejó nifunifá la Gioconda. Me impresionaron mucho más los grandes formatos de Delacroix un par de salas más allá. Y no sufras me encantan tus comentarios de "pofessioná" del arte. Espero verte más a menudo por aquí.