Había sido otro día de mierda, uno de tantos que me toca vivir últimamente, una de esas jornadas laborales que acaban con lágrimas de rabia contenida y un nudo en el estómago. Salí más o menos a la hora.Iba paseando, sin demasiado criterio, tras mis gafas de sol, mientras le daba vueltas a la mierda de día. De pronto me encontré frente a una enorme escultura que no recordaba que estuviera allí. Pensé que era una nueva adquisición del ayuntamiento. Buena elección pensé. Era una enorme escultura de bronce con aires de helenismo. Seguí caminando. Me di de bruces con otra. Una cara inmensa de bronce que descansaba sobre el suelo. Alargué la vista, Había unas cuantas más a lo largo de la calle. El autor era Igor Mitoraj. Y entre escultura y escultura olvidé mi día asqueroso y pensé en la belleza de las formas, el trabajo de las piezas, enormes.
Sin darme cuenta me sentía mejor. Mis ojos ya no lagrimeaban y la sonrisa volvió del letargo.
Si tenéis un rato, os recomiendo un paseo por Rambla Catalunya. De verdad que valen la pena.
5 comentarios:
Realmente impactan: son bellas y profundas. Me gustó especialmente un torso que en el lugar del corazón guarda una cabeza.
De noche también están wapísimas
De noche no las he visto...ummm...Ya iré ya.
Una cabeza en el corazón...Lo que daría porque así fuera.
Tenías la cara cuarteada como la de la estatua?
Tu solo tienes que dejar una foto y un nombre dentro de un sobre en el bar mundi, y se acabarán las lágrimas por motivos laborales.
Bar mundi? me estás diciendo que:
a - tengo pinta de camarera (con todos los respetos)
b - tengo cara de mujer de la vida (y me cabreo)
c - o me han de contratar como mujer barbuda o fenómeno (y no seria solo cabreo ya)
d - era un piropo con intento que te invite a comer (gracias, eres un encanto y NO te invito :-))
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