Qué sensación la de volver a salir a la calle sin que el objetivo sea vera un médico.
Qué maravilla lo de dar una vuelta, pararse ante un escaparate, sortear turistas.
Qué delicia arreglarse para ir a cenar, ir a la cena, reir y beber un poco de vino entre risas.
Qué liberador desfogarse en la pista.
Por fin he podido volver a mi actividad habitual de fines de semana apretados y de poco descanso. Me ha sabido a gloria poder pasear por la mañana aunque no hiciera demasiado sol para llegar a la librería y mientras ojeaba libros compartía una copichuela matutina con algunos amigos. Y qué decir de la mega fiesta nocturna de la que ahora llego.
Esto es vida. Esto es MI vida.
Diría que hasta me apetece ir a trabajar, pero segundos despues de decirlo me daría cuenta que es mentira.
6 comentarios:
Nooo! No estés tan pendiente del trabajo... Por qué después de pasártelo tan bie tienes que pensar en el trabajo? Eso no es bueno...
Ha vuelto la vida y ha vuelto la inspiración y la vidilla. Bienvenida de vuelta!
Lo sé...tengo que quitarme. El trabajo es malo.
Gracias rubia!
Veo que ya estás recuperada de tu resfriado, me alegro.
Por ncierto, me he acordado ahora, ¿al final no se hace la cena sibarita??
Ummmm...nno parecia tener mucho quorum...Vale ok. Miro y propongo
pero ya para junio, ok?
OK!!
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