2008/02/27

Baby por un día

Ayer una de mis películas preferidas se asomó de nuevo a mi vida, ésa que ponía una y otra vez en mi pre-adolescencia para disgusto de mi padre, que le llegó a tener especial manía.
Esa película es Dirty Dancing. Ya me he referido a ella en algún que otro post de este blog.
Ayer fui a una presentación de un libro en la que se hicieron múltiples comentarios a películas de las catalogadas como romanticonas y, cómo no, se habló de la que protagonizaban Patrick y Jennifer. Además de ganarme una inmerecida fama de consumidora de pelis romanticonas (más de uno discutirá que no la merezca) y tenerme que aguantar los guiñitos, de buen rollito, de los dos mini-amiguitos con los que fui a la presentación, lo cierto es que me acordé especialmente de Dirty Dancing, de Baby y de Johnny.
Y por azares de la vida, esa misma noche me sentí Baby aprendiendo a bailar el mambo (qué mal suena esto), por cierto, al tiempo dos, siguiendo las notas de “De todo un poco”.
No es que ayer me diera por hacer acrobacias en un río, ni mucho menos. Ayer recibí mi primera clase particular de salsa (que es mambo, vaya). Eso de tener a alguien constantemente corrigiendo la postura, cada detalle, cada giro, cada brazo, que te marca el tiempo, me llevó a aquel centro Kellerman’s de vacaciones, a ese “corría el año 1963, antes de que mataran al presidente , cuando todavía quería irme a las misiones y creía que jamás encontraría a un hombre mejor que mi padre, cuando todo el mundo me llamaba Baby...”. Me encontré escuchando frases, así como “debes mantener la postura, ponte recta, este brazo está flácido, este es tu espacio y ese el suyo” y me encontré con bailando con la pareja de baile mientras la profesora me obligaba a mantener la postura. en ese momento era Baby! Sólo faltaba que empezara a oír Hungry eyes de Eric Karmel.
Cuántas veces había soñado con ser esa chica, cuántas me miraba las escenas de baile una y otra vez y me reía cuando ella se caía al hacer un doble giro. En cierta medida y salvando las distancias, ayer aquel sueño se hizo “un poquito “ realidad.

9 comentarios:

blondie dijo...

La chica inteligente y normalita que se convierte en popular y atractiva, que se lleva al chico tío bueno y malote, era ver el sueño de una en la pantalla

Matarratas dijo...

gran peli y antigua de cojones XD, algun bloger de los que hay por ahi se fecundó al son de la musiquilla

la gata dijo...

Blondie pues si pero no tanto...me gustaba lo de la chica timidilla que no valoraban y acababa armandose de valor, se sube a un escenario, ayuda a la amiga y eso, vaya lo de de "baby" a mujer (jor...me quedo como a Julito Iglesias)

Bufón, me acabas de hacer sentir la anciana más agüela del mundo...podrías haber sido pelín más diplomático así como primer comentario...Bueno, bienvenido

Matarratas dijo...

Nada mas lejos, servidor goza de los 33 y considero que ser joven no es un privilegio, es una vulgaridad.

A lo que nos tienen acostumbrados, lo joven es sinonimo de positivo y de estupendo? permiteme que diga "una mierda", con todos mis respetos.

Seguiré aquí, e intentaré ser mas...adulto? XDD

Saludos.

Matarratas dijo...

por cierto...compleja es poco, por lo que veo XDDD

Anónimo dijo...

bufón, me lo has quitado de la boca/mano...
Gatita, luego dicen que eres compleja con estos gustos cinematográficos....

Dios, qué mala essssssssss!!!!! ;-)

la gata dijo...

Bufón,
Quién dijo que 33 no es ser joven...Ala...venga diplomacia...Y compleja...quiero argumentos que lo demuestren.

Pedrock,
Ya sabes que no soy compleja, y que mis gustos van desd esta peli, o peores, hasta algo más alternativo, pero más vale ser variadita, no?

Un ronroneo,

AguS dijo...

"—¿Sabes qué? Al verte, puedo imaginarme perfectamente el aspecto que tenías
con catorce años. Y apostaría a que entonces no eras tan popular ni tan extrovertida
como ahora."

Enga , baby, actualiza!

BBS*

la gata dijo...

Anda soy popular y extrovertida???? Vaya gracias!
supongo que la seguridad se gana con los años.
A los 14 era una preadolescente de 1.75 algo más delgada que ahora(5 kilos menos o asi) aunque más niña, con una melenita que odiaba y gafas de pasta. Tenia verguenza de todo, y no estaba segura de nada y creía que cualquier opinión era mejor que la mia. vaya una pre-adolescente estándar.
Anda que si hubiera sabido lo que sé ahora...