2008/10/24

Hojas amarillas

Las copas de los árboles han empezado a clarear dejando que se intuya, tras sus ramas, el museo, la calle y los coches. Me siento en el sofá, miro por la ventana y veo cómo algunas hojas de color amarillo chillón destacan sobre las aún más numerosas verdes.
Empieza a llover y las hojas caen.
Deja de llover. El suelo ha quedado cubierto de un manto de follaje ocre.
Me pregunto si, cuando hayan caído todas, veré a mi violinista, a ése que me alegra los días.
Sin duda, una de las piezas de las que toca que más me gustan, junto con "El lago de los cisnes", es este Adagio de Albinoni.
Su tono triste me parece muy apropiado para el otoño, para los días grises y de lluvia y para las hojas amarillas.

Encontré este vídeo pero, en vez de hojas son velas.

3 comentarios:

xnem dijo...

Lo de tener vecinos músicos puede estar muy bien, o muy mal. Estos días he estado trabajando en un museo y un vecino practicaba la... melódica! Y no pasaba del 1,2,3... 1,2,3 y así todo el día.

¿Vive usted frente al Prado? Siempre me ha dado la impresión que en esa calle no vive nadie.

Noemi Risco Mateo dijo...

A mí el Adagio de Albinoni me recuerda a mi madre porque le encanta, pero a mí me entristecen esas notas. Prefiero a Vivaldi.
Saludos,
Tanakil.

la gata dijo...

Es curioso que frente a los museos siempre hayalguna performance/actuación...Será por las colas que uno se pega a la entrada?

Sí tanakil, es que es muuuuy triste, por eso le va tan bien a los días nublados y a las hojas que se caen.