2012/02/26

El euroentusiásmo y los príncipes blaugranas también acaban destiñendo

Cómo cambian las cosas en quince años...En aquella época la Ciudad Condal se preparaba para celebrar la boda de la Infanta Cristina con el príncipe blaugrana y vasco, Iñaki Urdangarín. Recuerdo que había opiniones para todo, como siempre, pero hacía gracia eso de que la Infanta nena de La Caixa se casara con un jugador del Barça. Quien más quien menos los había visto aquí o allá, la ciudad se vestía de fiesta y se prepararon unos fuegos artificiales para la noche anterior que se siguieron en directo o por televisión por la mayoría. Eran tiempos felices en que la economía no pintaba mal y nos acercábamos al euro con alegría. Los años en que Arancha reinaba en el tenis mundial.
Una coincidencia: había un nuevo presidente del Gobierno del PP, Aznar.

Recuerdo haber bajado a la calle con  mi hermana y mi cuñada a ver pasar la carroza con los novios –entonces, aunque vivía en otro lugar, también pasaban por allí todos los saraos, como en mi residencia actual- y que el restaurante de debajo de casa nos invitó a una copa de cava (habían sacado una mesa con copas y botellas para el acontecimiento).

Pero han pasado los años y el mundo no es rosa, ni el príncipe, azulgrana.

El mundo es gris plomizo como la originalidad del modisto de Merkel, el euro se resquebraja, España ha caído de un guindo y se entera que cuando entró en la UE no le tocaba (eso, ya en el 1997 me lo decían a mí en la facultad, debían solo decírmelo a mí y por eso nadie se enteró antes). Ahora no se iba a celebrar un acontecimiento monárquico en Barcelona, ni de conya, y menos aún se casaría nadie de la Familia Real con alguien del Barça, Arancha ha demandado a sus padres por chorisos, las princesas son madres de familias numerosas  y el príncipe blaugrana apunta maneras en las artes que parecen dominar los padres de la tenista.
Eso si, volvemos a tener nuevo presidente del PP, Rajoy.

Veía las imágenes de Urdanmanguín al entrar en los juzgados. Qué mal le sentaron los años, la codicia o el sentirse pillado.

Ya no es aquel chicarrón del norte robusto, bonita sonrisa y tupé al viento. Se le ve demacrado, mucho más delgado y de mirada sombría. No queda más rastro del tupé que un mechón blanco que le da cierto aire de gángster, de botines Colombo, o de gremlin malo. Se decía de él en aquellos años que dejó a su novia por la Infanta por amor. Viendo cómo ha salido, tengo mis dudas que no viera cierto incentivo o plus en los contactos y favores que iba a recibir por ser duque de Palma. Dicen que un deportista de élite ha de ser algo ambicioso, ¿pero tanto? Se creyó muy listo, eso sí, la autoestima la tenía bien alta, como buen campeón.
No me voy a ir a verlo salir del juzgado, eso sí -tampoco me pilla cerca Palma-. Ya veremos quién acaba brindado a la salida, porque eso, tampoco lo tengo claro, que pueden pasar muchos años, siglos incluso, pero los Reyes, siempre son los Reyes.

3 comentarios:

Gata dijo...

Infanta Elena??? No será Cristina?

la gata dijo...

Anda eso me pasa por escribir a según que horas. Corregido. Gracias!

el nom de la rosa dijo...

Cómo ha cambiado el cuento...

Botines Colombo XD