2009/07/30

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Era un almuerzo de trabajo más, uno de esos días en que una reunión por la tarde fastidia la jornada intensiva. Fue a comer con dos compañeros. La conversación era animada y el menú correcto.
Hubo un momento en que uno de sus compañeros mantuvo más la mirada de lo que debiera.
Se sintió algo intimidada aunque no lo suficiente apara bajar la vista.
Y entonces recordó otro almuerzo similar, con otros compañeros en el que una colega comentó un capítulo de un libro de Tracy Cox en el que hablaba de la relación entre la manera de comer y la manera de ser en la cama.
"Su apetito comiendo puede revelarte la potencia de su libido. Su forma de comer te hablará sobre sus formas en la cama: delicado, brusco, meticuloso, avasallador, dado a los excesos… Obsérvale bien. ¿Saborea o simplemente traga? ¿Mordisquea y juega con la comida? ¿Chupa y se relame? Pues algo parecido hará después contigo.Y recuerda: comiendo se despiertan los instintos más básicos, así que una cena suculenta puede ser el mejor preludio a una noche de amor.
De la forma de comer de tu pareja puedes extraer conclusiones más trascendentales. Según Tracy Cox, el típico hombre que no sale del filete con patatas será también el prototipo de amante de sábado por la noche y postura del misionero. Sin embargo, el comensal que está abierto a probar sabores nuevos y exóticos puede ser la mejor pareja para practicar el Kamasutra o el sexo tántrico.Si buscas un hombre protector, fíjate en si, cuando te da a probar de su plato, te ofrece la mejor parte. “Y si usa su propia cuchara para que pruebes su postre, cásate con él”, sentencia Cox. No sustituyas chocolate por sexo, es mucho mejor si los disfrutas juntos".
Entonces observó a sus dos compañeros.
Uno comía con ansia, ya casi había acabado y no parecía que fuera a dejar nada en el plato, aunque tampoco parecía estar por nada más que por la comida. El otro también estaba casi por acabar pero no parecía ansioso, sino meticuloso, a la vez que intervenía más en la conversación.
Se sirvió agua fría, bien fría y pensó que qué diría Freud de aquella asociación de situaciones.

5 comentarios:

el nom de la rosa dijo...

Fantástica asociación de ideas.

Está claro que es mejor descartar como amante a alguien que no disfrute comiendo. Pero, ¿qué se debería pensar de alguien que se salta los postres y sólo toma café?

la gata dijo...

Buf, se lo tendría que preguntar a la señora Cox porque es complicado contestar: o bien es alguien que pasa de florituras y va directamente a aquello que le sube las pulsacioneso bien es alguien que prefiere paladear un café tostado, amargo e intenso, en vez de perderse en "dulzuras". Ummm....se puede ir cambiando según el día?
Palabra de comprobación: MATORE, curioso no?

el nom de la rosa dijo...

Supongo que la sra. Cox estaría de acuerdo con tu interpretación.

Por otra parte creo que ahí se va a quedar, con su cafelito.

xnem dijo...

Manolo Vázquez Montalban decía en su libro Recetas afrodisíacas que la mesa es un magnífico preludio para la alcoba.
Bigas luna siempre lleva a sus actrices a comer antes de contratarlas para un film.
Mi experiencia personal me dice que las mujeres que saben comer saben amar, supongo que sin duda será extensible para los hombres.

la gata dijo...

Ummmmm...lo cierto es que no me fijo demasiado pero...supongo que para las féminas será lo mismo, claro. Curioso este "Mr. Moon". No quiero saber cómo busca que coman...

Palabro: PAINCERque me hace recordar a placer, genial, sensual, cual el fumando espero de Sarita