2011/05/02

Una nueva etapa

Hoy empiezo una nueva etapa.
Hoy toma el relevo mi nuevo portátil.
Este es el primer post de esta nueva etapa y el adiós a mi veterano Toshiba y la bienvenida al “peque” HP.
Sé que a más de uno le puede sonar ridículo que considere un cambio de PC una nueva etapa. Quizás así sea, quizás solamente sea un símbolo, o una chorrada, pero para mi, realmente, decirle adiós a mi entrañable Toshiba del año 1998 (aunque ha estado conmigo desde el 2005 cuando me lo regaló mi hermano), es todo un paso, un cambio, el fin de una etapa en mi vida.
Mi Toshiba, a su vez, en su momento, sustituyó a mi diario en papel, aquél que me regaló mi tía en la comunión, que dejó a un lado a mis papeles en los que escribía mis historias.
En él he escrito lo primero que he publicado en mi vida, con él he empezado mi novela. También de sus teclas salieron los posts de este blog, he navegado por Internet durante horas y he hecho interminables búsquedas en Google.
En él guardé mis primeras fotos digitales, los primeros videos, hasta convertirlo en mi almacén de álbumes digitales.
Descubrí películas yonkis, vi completa Sexo en Nueva York y escuché innumerables retransmisiones de partidos del Barça.
Me ha acompañado en momentos muy decisivos de mi vida, en mi cambio de residencia, de ciudad, de vida, ha escuchado silencioso mis amores y desamores y vibrado, literalmente a ritmo de alguna que otra canción reproducida en Spotify.
Tras incontables desfragmentaciones de disco, de pasarle antivirus periódicamente, de vaciar el contenido en un disco externo de vez en cuando, tras todo ello, aunque todavía funciona, sigue con dificultades el ritmo de los avances tecnológicos que requieren dispositivos más potentes.
Así que, con toda la pena del alma, la semana pasada decidí que era el momento de jubilarlo.
Tras haber consultado en la red, de nuevo en mi Toshiba, distintos posibles sustitutos, había algunos “finalistas”.
Me sentía como si estuviera acabando algo y empezando una nueva etapa de la vida. Fue entonces cuando me di cuenta que, efectivamente, aquel cambio era mucho más para mi que un simple reemplazamiento de una máquina.
Así que el sábado pasado salí con ilusión de casa, me fui en metro hasta una de esas tiendas enormes de electrodomésticos y me paseé por los pasillos donde estaban los portátiles.
Mi nuevo compañero de batallas debía ser todoterreno, ligero, potente, de una buena marca y “mono” (cualquiera diría que estoy hablando de un PC).
Finalmente me decidí, lo compré y me lo llevé para casa.
Hice las presentaciones de rigor, entre el veterano Toshiba y el flamante HP.
Tras instalar los programas, pasar la información a un disco externo, etc, durante todo el fin de semana, en esta tarde lluviosa, ha llegado el momento del relevo generacional, mientras escucho, en la lista de cancines melancólicas, Cadle in the wind.
Será por la música, por la tormenta, por las hormonas revolucionadas o por todo un poco, lo cierto es que tengo un nudo en la garganta y los ojos llorosos.
Siempre seré una sentimental.

2 comentarios:

el nom de la rosa dijo...

Cualquiera diría que hablas de un pc... cierto que cada vez nos pasamos más horas delante de un ordenador, no sólo por trabajo sino también en el tiempo libre. Que tengáis un buen inicio de etapa, que no te deje colgada, guárdalo de los virus, y que te permita compartir con quienes estamos lejos, pequeños y grandes momentos!

la gata dijo...

Gracias, espero compartirlos contigo.